Economía

El revés a la congelación de pensiones amenaza las cuentas públicas de Italia

  • El Constitucional dicta a Renzi subir los cheques recortados por 16.000 millones
Matteo Renzi, primer ministro italiano

Matteo Renzi celebraba haber encontrado un pequeño tesoro a la hora de elaborar el documento de programación económica de su Gobierno: unos 1.600 millones ahorrados gracias a la reducción de la prima de riesgo de los bonos transalpinos, que habrían sido muy útiles para estimular la economía, ya que la recuperación italiana va demasiado despacio.

Ahora, sin embargo, una sentencia del Tribunal Constitucional ha echado a perder los planes del primer ministro italiano, y hasta amenaza con poner patas arriba las cuentas públicas del país. El 30 de abril los jueces constitucionales decidieron rechazar la congelación de las pensiones decretada por el anterior Gobierno de Mario Monti en 2011. En concreto, la Corte declara inconstitucional el artículo 24 de la conocida como Ley Fornero, por la entonces ministra de Trabajo, Elsa Fornero, que al presentar esa medida tan dura rompió a llorar.

El citado artículo había bloqueado la revalorización de las pensiones superiores a 1.500 euros brutos al mes; una congelación que era la medida estrella del paquete Salva Italia, impulsado por el Ejecutivo tecnócrata con el objetivo de alcanzar un ajuste presupuestario de 30.000 millones de euros.

Pues bien, ahora, tras largos años de austeridad, las cuentas italianas han mejorado, pero no tanto como para aguantar de improviso un gasto extraordinario tan grande: la Abogacía del Estado italiano ha estimado que la inconstitucionalidad de la Ley Fornero tendrá un impacto sobre las cuentas públicas de alrededor de 5.000 millones de euros anuales. Pero antes hay que abonar los atrasos: las estimaciones del centro de estudios económicos CGIA los fija en unos 16.000 millones.

Sentencia inmediata

Renzi, de momento, ha decidido callar. La estrategia del Ejecutivo es ganar tiempo y pagar sólo una parte de los atrasos. El Constitucional, sin embargo, explicó la semana pasada que la sentencia tiene que ser aplicada de forma inmediata. Así que, entre las opciones sobre la mesa del primer ministro, está el pago de los atrasos a plazos y con bonos del Tesoro, además de la introducción de una nueva medida -transitoria- para evitar subidas por lo menos en las pensiones de más de 3.000 euros brutos.

"Estamos trabajando para llegar a una solución respetuosa de los jueces y que al mismo tiempo minimice los costes para las finanzas públicas que, no hay que negarlo, existen y llegan en un momento en el que las finanzas del Estado están mejorando y esperamos que sigan haciéndolo", afirmó el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, la semana pasada ante la Comisión de Finanzas del Senado.

Y detalló: "Cuando tengamos las cuentas bien hechas, analizaremos las consecuencias, pero no me parece que haya nuevos ajustes a la vista". Estas palabras tranquilizadoras del ministro italiano se dirigen sobre todo a la Comisión Europea, que tras la sentencia se puso en alerta, subrayando que cualquier cambio en el documento de programación económica recién aprobado tendrá que ser compensado con nuevos ingresos.

De momento, Bruselas no ha incluido el problemas de las pensiones en sus previsiones para 2015, que estiman para Italia una subida del PIB del 0,6 por ciento, muy cercano al 0,7 por ciento proyectado por el Gobierno.

Sin embargo, todas las previsiones de recuperación, tanto de Roma como de Bruselas, se basan en un escenario internacional muy favorable para Italia, con un euro débil que ayuda al despegue de las exportaciones y con una prima de riesgo a la baja. Y un imprevisto, como esta sentencia del Constitucional, puede sumir de nuevo al país transalpino en la recesión.

Por ello Renzi teme una nueva ducha fría, tras la que le ha tocado con los datos del desempleo en marzo, cuando el paro volvió a subir a pesar de la nueva reforma laboral que abarata el despido. "La interpretación más plausible es que estos datos representen una expresión ulterior de la incertidumbre con la que está arrancando la recuperación", explica Stefania Tomasini, economista de la firma de análisis Prometeia. En opinión de Tomasini, las previsiones del Gobiernos son correctas, aunque en el primer trimestre el crecimiento fue más débil del esperado (el 0,1 por ciento, frente al previsto 0,2 por ciento).

Italia debería recuperarse en el segundo y en el tercer trimestre de 2015 -señalan los datos de Prometeia- por el empuje de la Expo que se acaba de inaugurar en Milán

Reformas y pulso político

Sobre la recuperación pivota el proyecto político de Renzi. El joven líder progresista está sacando adelante su agenda de reformas a través de un pulso sin fin con la oposición y hasta con una parte de su mismo partido.

Tras años de espera, el primer ministro ha conseguido aprobar una nueva ley electoral que busca dar más estabilidad al país (la anterior había sido enmendada por el Constitucional), pero ha tenido que amenazar con elecciones anticipadas e imponer al Parlamento la enésima moción de confianza.

Tras la ley electoral, Renzi se enfrenta a multitudinarias protestas en la calle en contra de la reforma educativa, mientras sus opositores se preparan para dar la batalla en contra de la reforma constitucional, que tendrá que ser aprobada por el Senado. Frente a estas continuas disputas políticas y parlamentarias, la recuperación es crucial para el Gobierno.

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