
Los precios se encuentran estancados en medio mundo. Incluidos países como China que en los últimos años han presentado tasas de inflación cercanas al 6% ahora luchan por evitar el estancamiento de los precios. Ante esta situación, los banqueros centrales están pensando en cambiar uno de sus 'dogmas', el objetivo de inflación.
Tal y como publica el portal financiero Bloomberg los banqueros centrales podrían estar pensando en cambiar el objetivo de inflación, que actualmente se encuentra en el 2%. Repensar uno de los 'dogmas' de la política monetaria moderna, y que según algunos economistas y exbanqueros centrales fue fruto de una decisión arbitraria y poco exacta.
Hace unos años Olivier Blanchard, economista jefe del FMI, ya habló de la necesidad de modificar el objetivo de inflación de los bancos centrales. Esta idea fue rápidamente apoyada por el premio Nobel de Economía Paul Krugman, que defiende la implementación de políticas para estimular la inflación.
Desde Bloomberg creen que los bancos centrales deberían doblar su objetivo desde el 2% actual hasta el 4%. Este hecho podría influir sobre las expectativas de inflación de los agentes. Familias y empresas se lanzarían a consumir e invertir estimulando el crecimiento económico.
Otro peso pesado que apoya esta idea es Eric Rosengren, presidente de la Fed de Boston, que ha dudado en señalar que "los objetivos de inflación actuales son excesivamente bajos", una idea con la que se ha mostrado de acuerdo su colega de la Fed de San Francisco, John Williams: "¿Un objetivo de inflación del 2% es suficiente para el mundo de hoy?", refiriéndose a las actuales tendencias demográficas y de raquítico crecimiento económico.
Efectos sobre inversión y empleo
Jeremy Lawson, economista jefe de Standard Life Investments, cree que elevar los objetivos de inflación sería positivo. Las expectativas que se creen pueden incentivar el crecimiento de la inflación haciendo que los tipos de interés reales (descontando la inflación) fueran más bajos, lo que podría suponer un estímulo extra para el crecimiento económico.
Además, un aumento de la inflación ayudaría a reducir la carga real de la deuda. También sería un dato positivo para los empresarios, que verían como la inflación erosiona los salarios reales de sus trabajadores permitiendo además mayores márgenes en los beneficios. Por otro lado, como los salarios reales serían más bajos, las empresas podrían aumentar las contrataciones.
Alexander Koch, economista en Raiffeisen Schwiz, cree que "la suavización de la inflación es un camino que probablemente se extenderá, por lo cual habría que ajustar el objetivo de inflación".