Economía

EEUU se estanca y no levantará cabeza hasta la segunda mitad del año

La mayor economía del mundo vuelve a registrar un nuevo síntoma de flaqueza. El crecimiento de su sector manufacturero tocó mínimos de casi dos años en abril, dado que el repunte en los nuevos pedidos quedó contrarrestado por una caída en las contrataciones, que tocaron su nivel más bajo en cinco años. Una debilidad que vino acompañada por las nuevas proyecciones de crecimiento para el segundo trimestre de la Reserva Federal de Atlanta, que a día de hoy espera una expansión económica de tan sólo un 0,8 por ciento.

Un dato que no debe pasar desapercibido si tenemos en cuenta que sus predicciones fueron las más acertadas en lo referente a los tres primeros meses del año, cuando EEUU creció un 0,2 por ciento, sólo una décima más de lo esperado por los funcionarios del banco central para la región de Atlanta. Este traspiés podría enquistarse si tenemos en cuenta que el Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM, por su sigla en inglés) informó que su índice nacional de actividad fabril se ubicó en 51.5 en abril, manteniéndose estable desde marzo, cuando había registrado su menor nivel desde mayo de 2013.

Dentro del número general cabe destacar como el indicador de empleo cayó a territorio de contracción por primera vez desde mayo de 2013, al retroceder a 48.3, la lectura más baja desde septiembre de 2009. En marzo, el subíndice laboral se había ubicado en 50,0. La semana que viene conoceremos los datos de empleo correspondientes al mes de abril tras un decepcionante mes de marzo, cuando el país generó 126.000 empleos. "Esperamos una creación de 225.000 puestos de trabajo y una caída del paro hasta el 5,4 por ciento", aseguraba en un informe, Joseph LaVorgna, economista jefe para EEUU de Deutsche Bank.

Desde Bank of America, su economista jefe, Ethan Harris, rebajaba la previsión de crecimiento para el segundo trimestre desde el 3,5 por ciento al 2,5 por ciento mientras redujo en cinco décimas su proyección para todo el año, cuando EEUU se expandirá a un 2,4 por ciento. "El gasto de capital sigue siendo débil y la caída de la demanda de bienes de capital probablemente aumenta los riesgos de debilidad", justificaba este experto.

De momento, el soplo de optimismo sigue llegando por parte del consumidor estadounidense, que domina dos tercios del PIB. El viernes conocimos como la confianza del consumidor en Estados Unidos subió en abril frente a marzo y alcanzó su nivel más alto desde enero, mostró un informe publicado el viernes, aunque la lectura fue menor a la esperada por analistas. La lectura final de abril del índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan fue de 95,9, sin cambios respecto al dato preliminar para el mes pasado. Recordemos que en marzo, el gasto del consumidor repuntó un 0,4 por ciento.

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