Economía

Cameron 'coquetea' con las clases medias

David Cameron

El primer ministro británico, David Cameron, se anticipa a las balas electorales laboristas. El último Presupuesto acorta la austeridad, eleva la tasa a la banca y apoya la compra de vivienda.

Los conservadores británicos han intentado maximizar el último Presupuesto antes de las generales para contrarrestar las balas que los laboristas prevén disparar para llevar a Ed Miliband a Downing Street. Con el escaso margen de maniobra que le ofrece un déficit que únicamente se ha reducido la mitad de lo esperado y una deuda que sólo empezará a descender este año, George Osborne tenía claro que el mensaje que tenía que transmitir era que si un plan funciona, la razón recomienda mantenerlo.

Con una tasa del 5,7 por ciento, el paro es dos puntos inferior a dónde estaba en 2010, la baja inflación se ha sentido como un descenso de impuestos en la práctica, el crecimiento es el mayor de las economías avanzadas y la creación de empleo está en máximos históricos. Sobre el papel, el panorama apuntaría a un horizonte favorable al socio mayoritario del Gobierno, pero los sondeos prueban, una vez más, que la realidad desafía a las estadísticas. El reto del presupuesto, por tanto, tenía como cometido vaciar de contenido las acusaciones que siguen acusando a los tories de gobernar para unos sectores exclusivos.

Ayudas a la compra de vivienda

Además de proclamar que en Reino Unido "vuelve a lucir el sol", el ministro del Tesoro se asegurase de introducir medidas con potencial influencia sobre un espectro político más allá del granero tradicional de la derecha británica. Además de notables estímulos para los compradores de primera vivienda, que se podrán beneficiar de una inyección en metálico de hasta 3.000 libras de dinero público para el depósito, el sexto y último paquete presupuestario de la coalición incluyó un importante impulso para los ahorradores. Las principales víctimas colaterales de unos tipos que llevan en el mínimo histórico del 0,5 por ciento desde hace seis años verán una notable exención fiscal con potencial para afectar al 95 por ciento de la ciudadanía.

Asimismo, Osborne garantizó mejoras fiscales para el grueso de la población que el 7 de mayo tendrán que decidir a quién quieren en el número 10. Si algo avanzan las encuestas es que el Parlamento sin mayorías absolutas que dejaron los comicios de 2010 no sólo tendrá reedición, sino que ampliará el número de jugadores clave. Por ello, Osborne cargó la munición, principalmente, con intervenciones para contrarrestar el armamento de campaña de la oposición y tamizar la toxicidad que la marca tory continúa teniendo en el imaginario colectivo británico.

El ministro aprendió la lección tras el Discurso de Otoño del pasado diciembre, cuando su propio regulador de gasto, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en sus siglas en inglés) le atribuyó para la próxima legislatura una caída del gasto estatal a niveles inéditos desde antes de la II Guerra Mundial. En esta ocasión, se trataba de presentar la cara amable y, sobre todo, mostrar que los estratos privilegiados afrontan su porción de austeridad.

Más impuestos a la banca

Para empezar, Osborne aumentará el impuesto sobre la banca, un movimiento para neutralizar la noción de que el laborismo está del lado de la sociedad, y los conservadores, del de las grandes corporaciones. El tributo para el sector financiero se irá al 0,21 por ciento, generando unas ganancias de 900 millones anuales. Además, eliminó las exenciones fiscales para los fondos para la jubilación valorados en más un millón de libras, frente a la flexibilidad garantizada a los pensionistas medios para gestionar sus rentas vitalicias.

Menos austeridad hoy...

Los caramelos que prometen las elecciones vinieron de la mano de acortar la austeridad, una constante que ha marcado la legislatura pero que, paradójicamente, ha permitido a David Cameron y George Osborne construirse una reputación como el tándem que más confianza inspira para la gestión económica. En una intervención triunfalista, el ministro tiró de números para contestar a la pregunta de si los electores están mejor ahora que en 2010, cuando Cameron se mudó al número 10, su leal mano derecha aseguró que "la respuesta es un rotundo sí", ya que los datos más recientes sobre los estándares de vida muestran que los hogares cuentan actualmente con 900 libras más que en 2010.

... Más recortes para mañana

Pero la clave residirá en si los británicos sienten esta recuperación, una conclusión para la que Osborne carece de pruebas, sobre todo, porque los recortes no acabarán con la votación de mayo y, según la OBR, los británicos tienen que prepararse para dos años de ajustes todavía más severos que el último lustro.

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