
El Banco de Inglaterra (BoE) considera imposible un "escenario realista" en el que Grecia devuelva los fondos prestados. El motivo no es tanto el volumen de la deuda, sino el "dolor político" que cualquier Gobierno responsable de la misión tendría que imponer.
Por ello, el jefe de la estrategia de estabilidad financiera y riesgo del BoE consideró "difícil de creer" que los sacrificios fuesen "tolerables", dado el peso de la presión política.
En el plano financiero, Alex Brazier consideró que Grecia sí podría generar un superávit capaz de afrontar la deuda, pero admitió que, en la práctica, las medidas serían imposibles de digerir. Con todo, el ejecutivo del BoE descartó posicionarse sobre una posible salida del euro, ya que las implicaciones políticas escapan a la evaluación del banco central.
Lo que sí concedió es que hay potencial para una recuperación helena manteniendo la divisa común: "Con un programa suficientemente decisivo para hacer frente a la deuda y reformas estructurales podría conseguir los resultados vistos en otros periféricos".