
¿Puede Syriza empezar otra fase en la crisis del euro? Esta será una semana decisiva para Grecia y para Europa. El miércoles entra en vigor la decisión del BCE de dejar de aceptar la deuda helena como garantía en sus operaciones de liquidez. También ese día los ministros de Finanzas de la Eurozona llevarán a cabo una reunión extraordinaria para debatir sobre Grecia. Sobre la mesa estará el programa para desmantelar la austeridad que Tsipras presentó ayer domingo.
El encuentro servirá como preparación para las conversaciones entre los líderes de la Unión Europea previstas para el jueves.
El tiempo, en contra de Grecia
Hoy se cumplen dos semanas desde la formación del Gobierno griego, y el equipo de Alexis Tsipras está trabajando a contrarreloj para encontrar la forma de cumplir sus promesas electorales. "Lo que pedimos es un poco de tiempo para que nuestro Gobierno pueda presentar propuestas. No esperamos que estén de acuerdo con ellas, pero sí pedimos que se nos dé la oportunidad de debatirlas", manifestaba el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, después de su reunión en Berlín con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble. Y tiempo es, precisamente, lo que le falta a Grecia.
El miércoles, el Banco Central Europeo (BCE) dejará de aceptar su deuda soberana como garantía de crédito y los ministros de Finanzas de la eurozona se reunirán para debatir estrategias sobre el rescate griego y preparar la cumbre del Consejo Europeo que se celebrará el jueves.
Para entonces, el Gobierno griego debe proponer una hoja de ruta que convenza a los Estados miembros de la UE para sacar a su país de la crisis económica. Al equipo de Tsipras le quedan, pues, dos días para ultimar su plan sobre cómo quiere reformar su economía y consolidar sus finanzas públicas, y cómo piensa respetar los compromisos firmados por los anteriores gobiernos griegos.
El de este miércoles será el primer Eurogrupo al que asista Varoufakis, que acaba de concluir una gira por las principales capitales europeas con el objetivo de obtener apoyos a las peticiones de su Gobierno de dejar a un lado la austeridad y reestructurar la deuda griega. Pero el ministro ha encontrado escasa receptividad a sus demandas.
El rechazo fue especialmente duro en Alemania, que se niega rotundamente a desmantelar la troika, le exige que cumpla los compromisos asumidos por el anterior Ejecutivo heleno y rechaza cualquier quita en la deuda. "Desde una perspectiva alemana, no hay ninguna razón para hacer nada. Quienes quieren cambiar algo son únicamente los griegos" explica el periódico Die Zeit en referencia a la dura actitud del ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, quien rechazó todas las peticiones de Grecia.
El cambio de reglas del BCE
El miércoles el BCE dejará de aceptar la deuda helena como garantía en sus operaciones de liquidez. Esta medida, anunciada por sorpresa la semana pasada, cortará una importante fuente de financiación a la banca griega y aumenta la presión sobre Atenas para llegar a un acuerdo cuanto antes con sus acreedores.
Pero el Gobierno de Syriza, de momento, no se deja intimidar. Poco después de recibir el aviso del BCE de que corta la financiación a los bancos helenos, el primer ministro Alexis Tsipras declaró con vehemencia en el Parlamento griego que "Grecia ya no aceptará más órdenes, especialmente órdenes recibidas por correo electrónico".
El 28 de febrero se acaba la prórroga del rescate pactada con el anterior Gobierno griego y, si no hay acuerdo antes de esta fecha, Grecia podría quedarse sin fuente alguna de financiación del exterior. El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha sugerido que el momento de las decisiones sobre el futuro del rescate griego debería ser ya en el siguiente Eurogrupo del 16 de febrero.
El aviso de Juncker a Tsipras
Hoy lunes, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha advertido que el Eurogrupo no aceptará sin más las propuestas planteadas por el primer ministro griego sobre la renegociación de la deuda externa griega y las reformas comprometidas.
En declaraciones que recoge Europa Press, Juncker ha afirmado que Tsipras "solo ha afrontado parcialmente" las preocupaciones de Bruselas sobre sus intenciones con el discurso del domingo en el que el primer ministro griego presentó su programa de gobierno ante el Parlamento de Atenas.