Economía

La elevada deuda y la corrupción lastran el crecimiento

La economía española y la de Grecia guardan ciertos paralelismos: una deuda pública elevada, un alto nivel de desempleo y el desencanto de la población con el bipartidismo. Sin embargo, durante la conferencia Riesgo Países de Coface en París, los analistas hicieron hincapié en que la situación de ambos paíseses bien distinta y, por esto, nuestro país "no debe reestructurar su deuda".

El responsable de Riesgo Países de Coface, Julien Marcilly, señaló a elEconomista que la "deuda es el principal riesgo que tiene España en la actualidad, pero su situación no es comparable a la de Grecia". Así, Marcilly explicó que las reformas estructurales que ha aplicado el Gobierno español se han traducido en una importante mejora en términos macroeconómicos, aunque en Coface son más cautelosos que en Moncloa y estiman que la economía por encima del dos por ciento . Por ello, la reestructuración de la deuda -que prevén que llegue al 100 por cien del Producto Interior Bruto (PIB) este año- podría "matar" el avance de la economía. "La reestructuración de la deuda está bien a corto plazo, pero podría lastrar el crecimiento y las reformas", argumentó Marcilly.

Con todo, desde Coface opinan que esta medida sí sería la más adecuada en el caso de Grecia y califican la deuda como "insostenible". El problema clave que señalan serán las condiciones que les impondrá la troika y que cuentan con otro elemento en su contra: el tiempo. "La rapidez para llegar al acuerdo es algo fundamental, pero la cara oculta serán las condiciones de la troika. No obstante, a nadie le interesa Grecia fuera del euro", explicó el responsable de Riesgo Países.

Por su parte, el economista jefe de Coface, Yves Zlotowski, argumentó que "los datos macro sí apoyan la recuperación en España, pero la gente no está notando el crecimiento económico". De hecho, Zlotowski apuntó a que "el desencanto con la recuperación está motivado por los casos de corrupción". En este sentido, hay que destacar que España lidera, junto con Grecia, el rechazo al bipartidismo por eso están creciendo los partidos alternativos como Syriza o Podemos.

Al hilo de esto, el economista jefe de Coface explicó que "estos partidos no están de acuerdo con la constitución de la UE como tal, por eso no apoyan a sus organismos". Por ejemplo, en el caso de Grecia, "a la hora de implementar reformas el principal problema es que la población siente que las decisiones vienen impuestas por alguien de fuera", argumentó Zlotowski.

Con todo, el economista jefe de Coface apuntó que "Podemos no supone un gran riesgo por el momento". "Todavía quedan meses para las elecciones y, en el corto plazo, una victoria de este partido sí podría entrañar riesgos de cara a los inversores internacionales. Pero, a largo plazo, es difícil decir cuáles serán las repercusiones en este hipotético caso", concluyó el economista Zlotowski.

Lenta recuperación europea

En cuanto al Viejo Continente, desde Coface prevén que el crecimiento económico de la eurozona alcance el 1,2 por ciento durante este año. No obstante, el principal problema vuelve a ser la deflación. En este sentido, Marcilly explicó que "la previsión de crecimiento de los países comunitarios vuelve a ser más alta que el año pasado (0,8 por ciento) y mucho más alta que el anterior (-0,4 por ciento en 2013). Sin embargo, la recuperación ahora será más lenta, por la baja inflación".

Pese a todo, parece que los economistas invitados a este evento coinciden en un punto: el programa de compra de bonos del Banco Central Europeo (BCE) mejorará esta situación y dotará a la economía del Viejo Continente de más liquidez y dinamismo, aunque no todos los países saldrán beneficiados por igual. "El programa de Draghi puede mejorar la situación europea actual, pero no podemos esperar que sea el BCE el que lo resuelva todo", concluyó Marcilly.

Por otro lado, el comisionado general del gobierno galo para la Planificación Estratégica, Jean Pisani-Ferry, también apuntó hacia otro estímulo para la economía comunitaria: el denominado 'Plan Juncker'. Sin embargo, su opinión sobre esta medida no fue nada favorable y explicó que "posiblemente va a decepcionar". En concreto, este plan prevé inyectar 315.000 millones de euros hasta 2017 centrándose en infraestructuras, energía e investigación. "El plan Juncker se va a convertir en un sustituto de la política fiscal", concluyó Pisani-Ferry.

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