
Grecia afronta el año más complicado de vencimientos de deuda hasta 2046. Europa se juega un buen montante en las negociaciones de la deuda helena. Según los últimos datos del tercer trimestre de 2014 publicados por el Banco de Grecia, el pasivo comprometido del país asciende a 315.509 millones de euros, esto es, el 176% de su Producto Interior Bruto (PIB). De esta factura se han ido poco a poco desprendiendo las entidades financieras privadas y, a día de hoy, tres cuartas partes de esta se encuentra en manos de la troika. La UE podría dar más facilidades a Grecia, pero sin perdonar su deuda.
El ya primer ministro griego Alexis Tsipras prometió en campaña renegociar la deuda para dar algo de oxígeno a los griegos. S&P amenaza con rebajar la calificación a Grecia de forma inminente.
No obstante, este escenario, como ya se aseguró de recordar el presidente del Banco Central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, antes incluso de que se hubieran cerrado las urnas este domingo, no puede dejar de lado a sus acreedores los que, en gran medida, soportan el programa de ayudas que actualmente asiste a la economía helena. Grecia afronta un año de vencimientos muy complicado.
"Está claro que Grecia no puede todavía prescindir del apoyo de un programa de ayuda. Y, naturalmente, un plan de ese tipo sólo puede darse cuando se cumplen los acuerdos", advertía el banquero.
Composición de la deuda
Según datos del Banco de Grecia, los acreedores mayoritarios son la eurozona -con el 60% de la cuenta-, el Fondo Monetario Internacional -que es prestamista del 10% de la suma- y el Banco Central Europeo -con un 6%. Unos porcentajes que no olvidan dichas instituciones en este debate que abrió Syriza al promover una posible quita de la deuda o, al menos, una moratoria en los plazos de pago, así como una bajada en los intereses.

Este lunes mismo, Benoit Coeuré, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, adelantó que la institución no participará en ningún recorte de la deuda de Grecia, aunque sí que abrió la mano a hacer cambios a los vencimientos de la deuda.
"Él [en referencia al líder de Syriza, Alexis Tsipras] tiene que pagar, esas son las reglas europeas del juego", afirmó Coeuré. "No hay lugar para las acciones unilaterales en Europa, pero eso no excluye una discusión, por ejemplo, sobre la reprogramación de su deuda".
En esta línea se postuló la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, quien descartó una quita de su deuda, entre otras razones, por respetar la igualdad entre todos sus miembros de la moneda única así como sus reglas. "Hay que respetar las reglas internas de la zona euro", señaló este lunes en una entrevista publicada en el diario francés Le Monde.
Alemania, principal acreedor
La deuda desorbitada de Grecia responde a un aumento del gasto público en la última década sumado precisamente a las ayudas públicas que el país ha recibido, tras registrar déficits alarmantes, que en el 2009, por ejemplo, ascendieron al 12,7%.
La asistencia, en concreto, asciende a 245.000 millones de euros, un salvavidas pagado por el resto de Estados miembros del que un 27,06% (66.310 millones) responde Alemania. La canciller ha sido una de las más férreas defensoras de la austeridad y, por ende, es partidaria de no permitir que Grecia flojee en sus respectivos vencimientos.
Angela Merkel es la principal acreedora y así lo dejó caer en plena campaña griega, cuando incluso llegó a reconocer que Europa podría capear una posible salida de Grecia el euro. La afirmación le costó duras críticas que tildaban estas ideas de amenazas y, apenas unas horas después, matizaba sus palabras en la prensa alemana. Explicó entonces que era partidaria de una Europa con Grecia pero recordó que la eurozona tiene mecanismos para limitar la amenaza del contagio.
En esta lista estarían el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el Fondo Monetario Internacional o el propio Banco Central Europeo (BCE) que la semana pasada puso un billón de euros sobre la mesa que, entre otros fines, como relanzar la economía europea o alejar la temida deflación, tendría el efecto de cortafuegos ante posibles incertidumbres políticas en Grecia.
En todo caso, este lunes también el portavoz de Merkel, Steffen Seibert, anotó :"Grecia ha logrado reformas exitosas en los últimos tiempos. Esperamos que el nuevo Gobierno mantenga ese curso reformista", dijo sin visos de dar ningún brazo a torcer.
Negativa de Rajoy
Después de Alemania, por este orden, las mayores pérdidas si Grecia no devolviera el rescate las protagonizarían Francia - que aportó 49.800 millones-, Italia -país que inyectó 43.750 millones- y España. Nuestro país, en concreto, ocupa la cuarta posición en la estadística de exposición a la deuda, con 29.080 millones de euros.
En este sentido y, a pesar de algunas filtraciones en prensa que apuntaban que el Gobierno español también arropaba las opiniones más radicales de Merkel sobre un posible Grexit, las últimas declaraciones del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sostienen su tajante apuesta por una Grecia dentro del euro.
Conviene señalar que la exposición de los contribuyentes ha ido creciendo, ya que en el año 2012 la exposición de estos apenas rozaba el 35%, mientras que ahora supera el 75%.
Ideas de Syriza
Syriza, en todo caso, ha rebajado su inicial apuesta por una quita de la deuda y baraja dos opciones de cara a una posible negociación con sus acreedores. Por un lado, la formación ganadora aboga por una moratoria para todos los países con intereses nulos y un plazo de devolución que podría prolongarse hasta cuatro décadas.
La otra idea incide en que el Banco Central Europeo canjee la deuda por bonos cupones cero, esto es, que no pagaran intereses hasta su devolución. En cálculos de los economistas de Alexis Tsipras, esta oferta "costaría 1.300 millones de euros, pues el BCE no canjearía la deuda, sólo los intereses". Por último, otro de los argumentos de Syriza es que la condonación de la deuda tiene precedentes ya que, tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania fue exonerada de parte de esta.
Efecto contagio
Los economistas, no obstante, alertan de que "si bien el impago de la deuda tiene unos efectos cuantitativos, más relevante es el posible efecto contagio de las propuestas de Syriza a otros países", explica Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB.
Conviene recordar que Grecia representa aproximadamente el 3% del PIB de la eurozona, mientras que, por ejemplo, España supone alrededor del 12.