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Grecia afronta el año más complicado de vencimientos de deuda hasta 2046

  • Atenas tiene que devolver 30.000 millones de euros del principal
  • España es uno de sus grandes acreedores

La victoria de Syriza en las elecciones de Grecia del domingo dio el pistoletazo de salida de la cuenta atrás para evitar el abismo del impago heleno. Los líderes europeos no se cansarán de marcar los prefijos de Atenas, Berlín, Bruselas o Fráncfort en sus teléfonos durante los próximos meses. La situación no es para menos, ya que por delante espera un calendario de vértigo para el país. La UE, abierta a dar facilidades pero no a perdonar la deuda.

Grecia se enfrenta a los meses más complicados que tendrá en décadas, ya que justo entre febrero y julio se concentran vencimientos de deuda por más de 20.000 millones de euros y, hasta el final del año, las amortizaciones avanzan hasta 30.200 millones, según los datos recopilados por Bloomberg. S&P podría rebajar la calificación de la deuda griega de forma inminente.

Cifras que incluyen emisiones de empresas estatales, como Hellenic Railways, la compañía pública de ferrocarriles. Estos datos dibujan el panorama de reembolsos más complicado que tendrá por delante el país hasta 2046 (aunque posteriores refinanciaciones podrían elevar los pagos de deuda en algún año concreto). Además de las amortizaciones del principal, también tendrá que hacer frente a unos 2.000 millones de euros en intereses en el conjunto del año.

En total, Grecia tiene que afrontar el reembolso de algo más de un 10 % de su deuda, para lo que necesitará la ayuda de sus socios europeos. Precisamente estas negociaciones con Bruselas y Berlín forman parte de esta cuenta atrás para evitar el precipicio. El 28 de febrero es la fecha límite que tiene el Eurogrupo para aprobar una nueva prórroga del programa de rescate a Grecia, por lo que Syriza tendrá que convencer a sus socios de que su deuda está a salvo y que harán frente a sus obligaciones. De lo contrario, Europa cerraría el grifo el 1 de marzo y se quedarían en las cañerías los 1.800 millones de euros del siguiente tramo.

La hora de los grandes pactos europeos

Las cartas ya están sobre la mesa. Este es el escenario político y estos son los líderes que tienen que resolver el futuro de la moneda única. La historia se encargará de juzgar sus decisiones y su amplitud (o estrechez) de miras. Si la deuda, que supone el 177% del PIB ya se antoja grande, con Grecia fuera del euro sería impagable. La burbuja de los bonos griegos, hinchada con la liquidez de sus socios europeos, necesita soluciones. Así lo reclama Syriza y el pueblo griego. En esta ocasión tendrán que buscar  un arreglo sin la participación del Banco Central Europeo, que ha decidido dar un paso atrás. La entidad anunció el jueves que no volverá a adquirir bonos griegos hasta julio, ya que tiene una cartera muy grande de deuda helena y no quiere monopolizar el mercado: no quiere tener más de un 33% de la deuda de un emisor.

Europa lanzó el lunes una propuesta a Grecia que suena más a un intento de agarrarse a un clavo ardiendo: prolongar los vencimientos de la deuda en lugar de condonar un solo pago. Una petición que supone dar otra patada hacia delante en lugar de buscar soluciones. La vida media de la deuda griega ya es muy amplia después de un lustro de reestructuraciones para los distintos rescates: 16,5 años, el doble que la alemana y casi el triple que la española. ¿Qué se puede ganar alargándola un poco más?

España también tendrá mucho que decir en estas negociaciones ya que es el cuarto gran financiador del país. Alguna llamada internacional también tendrá como destino Madrid. El Ministro de Economía, Luis de Guindos, ha explicado que la exposición del país a deuda helena es de 26.000 millones de euros. Sin embargo, ésta es sólo la parte directa. Además, hay que sumar la participación de España como contraparte del Sistema de Pagos de Bancos Centrales del Eurosistema (Target2) y los bonos del programa SMP. Este pasivo asciende hasta 8 millones, según los cálculos del IÉSEG, una de las mayores escuelas de negocio de Francia.

Además de las negociaciones con sus socios europeos, Syriza tiene por delante el reto de abandonar el camino de la austeridad (como ya ha prometido a sus votantes) pero cuadrando sus cuentas públicas. Las estimaciones de la Comisión indican que el país cerró 2014 con un déficit del 1,4% del PIB. Por este motivo, si Grecia quiere elevar el gasto público, necesitará que sus socios europeos se lo financien, ya que no tiene acceso a los mercados de capitales y con sus ingresos no cubre los gastos. La alternativa es dejar de pagar los intereses, pero a ese destino solo se llega por dos vías: con un impago o si consigue alcanzar un acuerdo intermedio con sus socios. Más negociaciones en plena cuenta atrás.

Rebote del euro tras un nuevo mínimo

Las turbulencias de la victoria de Syriza llegaron hasta el mercado de divisas. De madrugada en España, en los mercados asiáticos el euro sufría una espiral bajista ante el triunfo de Syriza en Grecia. El cruce marcó sus mínimos en los 1,1098 dólares por cada euro, cayendo por primera vez en 11 años del nivel de 1,11 dólares y revalidando nuevos mínimos de septiembre de 2003. Así, el cruce se movió entre este mínimo y su máximo, los 1,1296 dólares. Aunque al cierre de la sesión se situaba en torno a los 1,127 dólares.

En lo que va de ejercicio, la divisa comunitaria cae ya un 7% frente a un billete verde muy fuerte. De hecho, y según los datos que ofrece Bloomberg, el euro se deprecia contra las diez divisas más negociadas del mundo. La caída más abrupta la representa en su cruce contra el franco suizo, en el que retrocede más de un 18% en el año, solo una semana y media después de que el Banco Nacional de Suiza (SNB) dejara de sujetar el cruce en 1,20 francos. Por su parte, cae un 8,5% contra el yen; y un 4% contra el dólar australiano y la libra esterlina.

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