
Larry Summers, secretario del Tesoro estadounidense bajo la presidencia de Bill Clinton, cree que la comparación del programa de adquisición de deuda pública que hoy podría anunciar el BCE con el QE que lanzó la Fed no es acertada. ¿Por qué? En su opinión, Mario Draghi no va a poder lograr el mismo nivel de efectividad con su medida que la institución de EEUU. La bolsa europea replicará las alzas de Wall Street si el BCE anuncia la compra de bonos.
"Apuesto por el QE europeo, ya que los riesgos de hacer muy poco superan con mucho a los riesgos de hacer demasiado", ha afirmado esta mañana en su intervención en el Foro Económico de Davos, que recoge el Financial Times. Sin embargo, ha advertido de que sería "un error" pensar que la adquisición deuda pública por parte de la entidad central europea va a ser "la panacea" para la economía de la zona euro.
El ex secretario del Tesoro de EEUU aporta varias razones para esgrimir esta idea. Para empezar, señala que el hecho de que el QE estadounidense "llegó antes", cuando las rentabilidades de los bonos se movían en niveles más elevados, de forma que sí sirvió para bajarlos.
En segundo lugar, Summers asegura que el 'factor sorpresa' incrementó el "impacto" positivo en el caso de la Fed y Estados Unidos, mientras que el programa del BCE ha sido largamente avanzado por Mario Draghi, por lo que en parte el mercado ya ha descontado su influencia.
Menos impactante
Además, destaca como principal diferencia que la inyección del QE se filtró a través de los mercados de capitales, mientras que el crédito en la zona euro está centralizado, en su mayor parte, en la banca, por lo que no podrá "funcionar con tanta libertad".
En este contexto, Summers cree que el esperado programa de compra de bonos soberanos, que previsiblemente anunciará hoy el BCE, será "menos impactante en Europa".
A falta de que Draghi ponga hoy los puntos sobre las 'íes' y aclare los detalles, los inversores llevan semanas especulando sobre los términos del plan. Ayer mismo se especulaba con la posibilidad de que la propuesta es de 50.000 millones al mes y arrancaría en marzo.
De empezar entonces, y si llegara hasta finales de 2016, implicaría que el BCE compraría activos de distinta clase por un total de más de un 1 billón de euros, por encima de las previsiones de los analistas. Hasta ahora, se calculaba que dedicaría unos 500.000 millones solo en deuda soberana, aunque se espera que compre otro tipo de activos.
El propio Mario Draghi, presidente del banco, reconoció recientemente que estudiaba la adquisición de todo tipo de activos a excepción de oro.