Solo un 7% de los expertos cree que el BCE retrasará la compra de bonos, aunque nadie sabe con absoluta seguridad si Mario Draghi acabará anunciando la tantas veces invocada flexibilización cuantitativa este jueves. Pero sí son de sobra conocidos los efectos que esta medida puede tener sobre los mercados. Sobre todo, si se atiende a lo ocurrido en otras economías desarrolladas del mundo cuando decidieron adoptar dicha medida. Y una de las principales consecuencias de esta previsible inyección de liquidez es la revalorización del mercado de renta variable y de renta fija.
Esta situación ya se ha vivido en diferentes momentos en países como EEUU. Y según descuenta la historia, traería consigo una subida del mercado bursátil superior al 20%. Y es que ese es el porcentaje medio que se revalorizó la bolsa norteamericana durante los programas de compra de activos llevados a cabo desde 2008. De noviembre de ese mismo ejercicio hasta un año después -momento en el que el QE1 estuvo en vigor- el S&P 500 subió un 13%. Un porcentaje similar al que vivió entre noviembre de 2010 y junio de 2011, cuando se mantuvo vigente el QE2.
No obstante, la mayor alza vino de la mano de la última ronda de estímulo que la Fed inyectó al mercado yankee. Dio comienzo el 13 de septiembre de 2012, y duró hasta finales de octubre de 2014. En ese periodo de tiempo, el más largo durante el que el banco central estadounidense ha estado comprando deuda, el índice que reúne a las compañías más grandes del país registró un avance cercano al 40%.
"El mercado reaccionó al fin de los estímulos por parte de la Fed con caídas moderadas de las bolsas y ventas de deuda", señala Martínez Campuzano, algo que no es de extrañar, a sabiendas de la correlación entre el balance de la Reserva Federal y la cotización del S&P 500. La compra de bonos del BCE, último paso en la estrategia contra la tercera recesión.
Y es que "el mercado está soportado por la acción de los bancos centrales", señalan desde Capital at Work, desde donde además aseguran que "el estímulo masivo de la Fed ha sido en las últimas fechas el principal sustento para algunos mercados, como el S&P 500".
Medio billón en compras
De no defraudar, el hombre que susurra a los mercados, Mario Draghi, anunciará compras de bonos por 550.000 millones de euros. "En un contexto de tipos bajos como el que se da en la zona euro en la actualidad, la inyección de 500.000 millones de euros en bonos del gobierno se traducirá en alzas en las principales bolsas de Europa", afirma Lucas Monjardín, consejero delegado de Capital at Work.
Una visión que también comparten desde Citi, aunque con matices. En este sentido, José Luis Martínez Campuzano, estratega de esta entidad en España, asegura que "hay que tener cierta prudencia a muy corto plazo por temor a algún tipo de decepción en el mercado a la hora de su anuncio", como puede ser el caso de algún tipo de falta de concreción en la toma de medidas.
En otros países como es el caso de Japón, el efecto de las entidades centrales también se ha dejado sentir en la renta variable. A partir de abril de 2013, el Banco de Japón, dirigido entonces por Haruhiko Kuroda, anunció la compra de 60-70 trillones de yenes anuales con el objetivo de duplicar su balance. Una medida que ha tenido como consecuencia la revalorización del Nikkei en más de un 40% desde entonces hasta el presente.
En este sentido, las probables alzas que se suponen para el mercado europeo servirían para dar cuerpo a la hipótesis de reestructuración al alza que, atendiendo a su aspecto técnico, se espera durante las últimas semanas en el mercado europeo. No en vano, tal y como afirma Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, "Para seguir confiando en un escenario alcista es preciso que las alzas sigan imponiéndose y se superen resistencias como son los 3.280/3.325 puntos del EuroStoxx 50".
Pese a todo, "el probable impacto sobre algunos de los canales de influencia que tendría un QE será menos positivo de lo que lo fue en EEUU", señalan desde HSBC. "Seguimos creyendo que el efecto global debe ser positivo para el crecimiento de la zona euro y puede ayudar a prevenir una nueva caída en las expectativas de inflación, pero para tener un impacto duradero necesita combinarse con otras políticas", afirman desde la misma entidad. Algo que corrobora Monjardín quien afirma que las consecuencias de las medidas adoptadas por Mario Draghi "tendrán más efecto en los mercados de capitales que en la economía real".
