Justo cuando está todo listo para anunciar el posible fin de la compra de bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas, una fórmula conocida como Quantitative Easing (QE) o flexibilización monetaria, el ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan mostraba sus dudas sobre los planes del banco central de Estados Unidos. La Fed quiere evitar que se repitan los errores de los bancos centrales durante la crisis.
En un coloquio organizado hoy por el Council on Foreign Relations, Greenspan afirmó que "la estrategia de salida de la Fed podría no salir bien" e indicó que en estas circunstancias, Janet Yellen y los funcionarios de la Fed podrían dejarse presionar por la mano de los mercados.
Greenspan, quien fuera presidente de la Fed entre 1987 y 2006, habló también sobre su periplo en el banco central de EEUU y reconoció que "las burbujas de activos sólo pueden explotarse si se debilita la economía", una mecánica que él mismo se negó a aplicar. Recordemos que algunos culpan a este octogenario de crear la burbuja inmobiliaria que en 2008 desató la crisis de las hipotecas basura que desencadenó la Gran Recesión.
Europa necesita integración política
Dicho esto al ser preguntado si se arrepentía de no haber actuado al respecto, Greenspan respondió con un rotundo "no". También hubo tiempo para tratar otros temas de actualidad. Al ser preguntado por la situación económica en Europa, el ex funcionario de la Fed indicó que la "única solución es la integración política".
Recordemos que hoy la Fed culmina su reunión de dos días, donde Janet Yellen y los miembros del Comité de Mercados Abiertos de la Fed (FOMC) tienen previsto anunciar el fin de la tercera ronda de compra de bonos y activos respaldados por hipotecas.
De cumplirse esto, noviembre se postula como el primer mes en que la economía sobrevivirá sin la respiración asistida de la Fed, en un momento en que preocupa el encarecimiento del dólar y la subida en los tipos de interés de créditos e hipotecas. Además el fin de los estímulos acerca cada vez más el encarecimiento del dinero, con la primera subida de tipos proyectada para la segunda mitad de 2015.