Los mensajes optimistas sobre la evolución de la economía española se suceden. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechó ayer una visita a Barcelona para avanzar que el PIB español crecerá este año por encima del 1 por ciento y superará "claramente" el 1,5 por ciento el próximo año, en la misma línea que se pronunció el miércoles el ministro de Economía, Luis de Guindos. Ante la asamblea anual del Foro de Marcas Renombradas Españolas, Rajoy explicó que "España nunca había iniciado una recuperación con tanto potencial".
La actual situación le permitió animar a los empresarios a seguir trabajando en favor del crecimiento. "Vamos a intentar batir los pronósticos y que las cosas vayan mejor", apuntó Rajoy. El presidente del Gobierno recordó que los mercados inversores también están apostando ya por España y la importante reducción de la prima de riesgo en el último año y medio.
Pese a que la economía española ya ha iniciado la senda del crecimiento, reconoció que el trabajo no puede estar terminado, porque la tasa de paro sigue por encima de los cinco millones de personas. Por este motivo, el "gran objetivo nacional" es seguir creciendo económicamente y generando empleo. Según sus previsiones, cuando la legislatura llegue a su fin, habrá menos desempleados que cuando ganó las elecciones generales, en 2011.
Unidad para superar la crisis
Otro de los mensajes que quiso lanzar Rajoy a la asamblea de socios del foro fue el de la "unidad" para continuar creciendo. "Nadie debería obstruir esta senda" sin explicar "los costes de caminar en sentido contrario", dijo en clara referencia al proceso soberanista iniciado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas.
Precisamente, Mas también participó en el mismo foro y fue el encargado de inaugurar la sesión, mientras que Rajoy fue el responsable de su clausura y no coincidieron en el acto. Según Mas, no esperó la intervención del jefe del Ejecutivo, para reunirse con él, porque éste no le había avisado de que viajaría a Barcelona. Para Rajoy, "encerrarse en sí mismo y permanecer inmóvil ante los cambios son ingredientes seguros para el fracaso en este nuevo siglo; en cambio, abrir camino en el exterior, ganar tamaño e innovar son claves del éxito que indican la actitud vital que deberíamos asumir con ilusión".
Aunque "probablemente, para ir rápido pueda ser mejor ir solo, pero para llegar lejos es mejor ir bien acompañado", aseguró. El presidente del Gobierno celebró la mejora en la competitividad exterior española, especialmente gracias a contener los precios, y sacó pecho de las medidas impulsadas por su Gobierno en los últimos años, encaminadas a "demostrar que España es un país serio".