
El Consejo Superior de Cámaras de Comercio es ya la nueva Cámara de España. El pasado día 3 de abril entró en vigor la nueva Ley de Cámaras que ampara no sólo el cambio de denominación, sino la transformación y modernización de estas instituciones milenarias.
La ley nace coincidiendo con el inicio de la salida de la crisis. ¿Cómo van a contribuir las nuevas Cámaras a la recuperación?
Esta nueva etapa de Europa va a ser la del renacimiento industrial. La vieja Europa tiene que reindustrializarse para volver a competir, porque los logros sociales sólo se podrán mantener si Europa es capaz de recuperar competitividad. Y como la recuperación de competitividad vía innovación y tecnología tiene un periodo de respuesta largo, el gran reto de los próximos años va a ser impulsar las sinergias del mercado único y también por el apoyo a la pequeña y mediana empresa, que es la primera que va a responder, a crear PIB y empleo.
Pero, para que la pyme empiece a responder, necesita financiación.
En el mercado de la financiación, la banca se está empezando a mover tímidamente. Empresas selectivas y bien posicionadas están empezando ya a tener financiación y es previsible que en los próximos meses vayamos recuperando la normalidad, complementándose con otros sistemas alternativos. Las Cámaras somos prescriptores de opinión y por ello demandamos que los bancos aceleren este proceso de mejora del crédito.
La financiación es también un aspecto clave para el futuro de las Cámaras. ¿Queda garantizada en la nueva normativa?
Ahora las empresas van a tener que pagar una parte de los servicios que reciben y las Cámaras ya no vamos a vender servicios, sino que tenemos que identificar las necesidades de las empresas y dar respuesta a esas necesidades.
Quien recibe un servicio va a tener que pagar una parte. Sabemos que una pequeña empresa no puede pagar servicios a precios de mercado pero sí tenemos que intentar que pague una parte porque lo gratuito no se valora y es bueno que haya una corresponsabilidad. Luego complementaremos la financiación con las aportaciones voluntarias de las grandes empresas y con fondos procedentes de programas europeos, del gobierno central y de las comunidades autónomas. Hay otros servicios como es el arbitraje que se tendrán que autofinanciar.
El impulso a la internacionalización empresarial ha sido la misión fundamental de las Cámaras. ¿En qué va a cambiar con la nueva Ley?
Se tiene que notar en más coordinación con el Icex y con las comunidades autónomas. Se va a ser mucho más selectivo en las actividades comerciales, en la promoción. Además el mapa de actuaciones camerales va a ir más medido en el tiempo. Va a ver menos acciones pero más potentes, con más presencia de empresas y mucho más coordinadas para ser más eficientes.
También van a tener un papel prioritario en la formación dual.
En la formación dual vamos a jugar un papel de garantes de la calidad y de la bondad del sistema. Se están haciendo muchas iniciativas de formación dual, pero no hay una homogeneización y las Cámaras vamos a certificar la calidad de los tutores y los centros.
El nuevo modelo cameral, ¿puede suponer la desaparición de algunas de las cámaras actuales?
Ese ya es un problema territorial. La Ley prevé que haya una Cámara al menos por provincia. Si en alguna provincia hay más de una Cámara, eso ya es una cuestión estratégica de cada comunidad autónoma. La Ley de Cámaras es una ley marco que luego tienen que desarrollar las comunidades autónomas. A mí, lo que me gustaría es que algunos servicios estuvieran centralizados a nivel de comunidad autónoma en alguna cámara concreta.
Finalmente y tras el debate del martes, ¿cómo ve el proceso secesionista en Cataluña?
Yo presumo de ser aragonés en España y español en Europa. Estamos hablando de que todo lo que no consigamos mejorar en eficacia y eficiencia vertebrando e integrando lo vamos a perder en derechos sociales. Por tanto la vertebración del territorio español es fundamental para no perder derechos sociales.