
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró este fin de semana que la reforma fiscal que se anunciará durante el primer trimestre traerá consigo una reducción gradual de los impuestos en los próximos años, sin entrar en detalles.
"Estamos diseñando un programa completo que va a prolongar la reducción de impuestos durante varios años", dijo Rajoy durante la clausura de la convención nacional del Partido Popular. Ahora bien, teniendo en cuenta la situación actual de la economía española, ¿se puede permitir el Gobierno esa rebaja? ¿Hasta qué punto es posible?
A esta pregunta trata de dar respuesta el economista Santiago Niño Becerra en una entrevista que le realizaron anoche en el programa 8 al día, de 8tv.
"Es posible. Puede ser probable. España tuvo un déficit en 2013, aún por concretar, de alrededor del 6,7 o 6,8% del PIB. Pero debe pagar los intereses de la deuda y se ha comprometido a llegar al 2020 con un déficit del 0,5%". Teniendo en cuenta este panorama, apunta Becerra, "puede bajar impuestos si hace recortes salvajes de gasto público".
Por eso, el economista cree que sí es posible que España baje impuestos el próximo ejercicio, claro que los recortes tendrán que venir por otro lado, porque, como recuerda, si como apuntan las previsiones se crece a un ritmo del 1%, con ese avance no se podrá ni pagar los intereses de la deuda.
Preguntado por los recortes hechos hasta el momento y teniendo en cuenta lo que piden organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), de hacerse nuevos ajustes podrían ir por la vía de reducir el número y el sueldo de los funcionarios, recortar las prestaciones por desempleo y recortar las pensiones. "Está claro que si Rajoy quiere bajar impuestos y por otro lado le están pidiendo más para sanear las cuentas y la economía española 2+2 hacen 4", resume Becerra.
La nueva normalidad
Preguntado por este concepto, el economista asegura que tal como nació, en 2010, murió, "porque es muy feo". Pero parte de la base que nos acercamos a una situación en la que "lo normal serán crecimientos bajísimos, paros estructurales muy elevados, prestaciones sociales bajas y tasas de pobreza elevadas".
La situación vivida en 2006, no era la normal, era totalmente anormal, piensa. "Lo normal era lo de 1999 o el 2000. Aquello es la vieja normalidad; la nueva será lo que vendrá a partir de ahora".
Un ejemplo: "la recuperación que ha habido en EEUU entre 2009 y 2013 ha ido a parar en su mayoría al 1% de la población". Es decir, piensa Becerra, la situación se está decantando a un punto en que "lo poco que se va a crecer irá a parar hacia una porción muy pequeña de la población". Y el problema, concluye, no es la diferencia entre ricos y pobres sino que las rentas bajas son muy bajas.