La inflación anual al consumidor de China se desaceleró más bruscamente que lo esperado en diciembre hasta el 2,5%, su mínimo en siete meses, lo que redujo el temor a un ajuste de la política monetaria en momentos en que el banco central está limitando la liquidez bancaria.
El aumento en las tasas de interés del mercado de dinero y en los rendimientos de los bonos sugiere que el Banco Popular de China (BPC) busca reducir los niveles de endeudamiento y frenar el crecimiento del crédito, pero hay pocos indicios de un giro radical en su política.
El banco central se ha comprometido a continuar una política monetaria prudente en el 2014 y mantener un crecimiento razonable del dinero y el crédito para apoyar a la economía real.