
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha advertido del riesgo que suponen el elevado número de parados de larga duración y de jóvenes sin empleo, y considera deben mantenerse las ayudas a los desempleados más vulnerables y poner más énfasis en las políticas para incentivar su vuelta a la actividad. Según estima, la tasa de paro se elevará al 27,8% en 2014.
Según explica en la edición de 2013 de su informe Perspectivas de Empleo, el paro de larga duración (12 meses o más) ha aumentado del 19,1% en el cuarto trimestre de 2007 al 47% en el cuarto trimestre de 2012 y puede provocar que parte del incremento cíclico del desempleo se convierta en estructural.
"Este enorme incremento es un motivo de preocupación, dado que será más difícil para estos desempleados volver a encontrar trabajo, ya que pueden depreciarse sus habilidades y perder motivación, conllevando un incremento en el desempleo estructural que será difícil de deshacer", alerta.
Paro juvenil alarmante
Además, la organización dirigida por Ángel Gurría también ha hecho hincapié en el aumento que ha registrado el número de trabajadores que han desistido de buscar un empleo y de los jóvenes que están desocupados.
Según señala el informe, el desempleo juvenil ha alcanzado cifras "alarmantes" y avisa de que si mantienen en estos niveles "pone en riesgo sus perspectivas de carrera laboral en el largo plazo".
"La juventud en esta situación es particularmente vulnerable a que esta situación prolongada de desempleo o inactividad afecte negativamente toda su vida laboral futura", remarca la OCDE, que añade que la disminución de empleo juvenil ha afectado más a los hombres que a las mujeres, y en particular a los de baja cualificación.
En cuanto a la tasa de paro, que era del 26,9% en mayo, estima que seguirá subiendo y se situará en el 27,8% a finales de 2014, cuando seguirá siendo la segunda más alta de los 34 países de la OCDE, sólo por debajo de Grecia, con un 28,2%.
Mantener las ayudas
En este contexto, la OCDE considera que pese a las dificultades financieras que atraviesan muchos países deben mantenerse las ayudas a los parados más vulnerables, en particular a los que sufren situaciones de desempleo de larga duración, al mismo tiempo que se aplican incentivos para la vuelta a la actividad.
La organización apuesta incluso por "reforzar los sistemas de un ingreso mínimo garantizado, en particular donde el paro de larga duración es muy prolongado y cuando las personas afectadas no tienen acceso a otras ayudas".
Frente al desafío de los gobiernos de "hacer más con menos", estima que "la respuesta apropiada pasa necesariamente por una combinación de medidas sociales y políticas de activación que aporten una garantía de ingreso adecuado a los más vulnerables que les incite a reanudar una actividad o a preparar mejor su reinserción" con una mejora de sus capacidades.
Así, el informe cita el efecto positivo que han tenido fusiones de los servicios del desempleo con los organismos que gestionan los subsidios para que haya "una buena coherencia de los incentivos propuestos de las diferentes instituciones a nivel nacional, regional y local".
tro principio es que hay que ayudar "activamente" a los jóvenes para evitar que queden "estigmatizados" a largo plazo por periodos de paro prolongado y bajos ingresos al inicio de sus carreras profesionales.