Economía

Becerra: "El problema no es la austeridad sino que no se puede funcionar como antes"

El concepto está muy muy de moda, pero... ¿qué es la austeridad?, se pregunta el economista Santiago Niño Becerra. "Austeridad es vivir con lo que se tiene, gastar lo que se dispone y no pedir lo que se sabe que no se va a poder devolver".

Hoy, escribe Becerra en su blog de La Carta de la Bolsa,  "no es posible otra vía porque ha desaparecido la capacidad de continuar haciendo lo que se hizo debido a que al agotamiento de la capacidad de endeudamiento ocurrido hace bastante se añade una deuda a pagar que, en innumerables casos, es impagable"

¿Qué queda, por tanto?, se pregunta. "Pues lo sobrio, lo morigerado, lo sencillo, y vivir sin ninguna clase de alardes", la definición que recoge la Real Academia Española para la palabra austero.

Ahora bien, lo que cree Niño Becerra es que el problema no es la austeridad ni la solución está en reducir la austeridad. "El problema estriba en que ya no es posible volver a funcionar como antes se funcionó, y la solución radica en un conjunto de medidas muy, muy distintas a las antiguas entre las que se cuenta ser austero".

¿Realmente se desea reducir la tasa de desempleo en España?, Becerra. A lo que responde: "Pienso que tan sólo hay dos posibilidades: o se vuelven a construir 800.000 viviendas al año y se retorna a la capacidad de endeudamiento que empresas y familias tenían en el 2005, o desciende la población activa".

¿Verdaderamente se quiere que los ingresos fiscales en España vuelvan a aumentar el 16% que han caído desde el 2007 sin subir los tipos impositivos? "Pues lo mismo que antes. Más".

¿Se busca que el PIB crezca a, como mínimo, un 2,5%?, "No queda otro remedio que hacer lo indicado. Bien, puede que diga alguien: ¡Pues, hágase!". Lo que sucede, señala Becerra, es que "es imposible. Simplemente hay que volver a leer lo anterior. Lo que significa que ya no va a haber café para todos; en ninguna parte".

Entonces, ante este escenario, ¿cuál es el camino? Lo primero que hay que hacer, resume Becerra, "es realizar un análisis de la eficiencia del gasto: al céntimo". Y "repartir muy bien lo escaso, lo perentorio, lo ineludible, lo urgente".

"Arguir otra cosa, sugerir otro camino, pienso que no es más que la patada delante de siempre para ganar dos meses más al tiempo. Y cambiar tiempo por reformas es hacer tragar un jarabe amargo añadiendo un poco de azúcar: lo que quedará es el jarabe, no el azúcar", concluye.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky