Economía

"El paro juvenil, un modelo irreal que alimenta la leyenda negra de España"

  • Chislett cree que es más correcto emplear la ratio de paro juvenil que la tasa

Tanto la EPA como Eurostat sitúan la tasa de paro juvenil en España por encima del 50% de la población activa, lo que supone que más de la mitad de los jóvenes en edad de trabajar no puede hacerlo. La cifra asusta por la magnitud y por lo que implica: una proporción insostenible de menores de 25 años sin trabajo. Sin embargo, ¿qué pasaría si no todos los jóvenes de esas edades quisieran trabajar? ¿Hay otro cálculo más correcto que el actual a la ahora de referirse al paro juvenil?

Esto es lo que cuestiona hoy El País, en un artículo que firma William Chislett, investigador en el Instituto Elcano. Chislett asegura que las cuentas que periódicamente entrega Eurostat no se corresponden con el verdadero lienzo laboral español de los jóvenes y explica el porqué.

"La tasa de paro juvenil es irreal y su difusión produce alarma, contribuyendo a la nueva leyenda negra del fracaso de España", afirma tajante. La oficina estadística comunitaria, que parte de las mismas fuentes estadísticas que la EPA, situaba el desempleo juvenil en el 53,2% al cierre de 2012, frente la media de la Unión Europea, que se ubicaba en el 22,8%.

Cifra hinchada

Eurostat elabora esta tasa en base a la población activa, con lo que se extrae de los jóvenes entre los 16 y 24 años que están ocupados o buscando activamente trabajo. Según explica el experto, la tasa de paro juvenil calculada sobre la población activa también engloba a aquellos que aún están estudiando, por lo que arroja una tasa de paro hinchada.

"En el caso de los adultos (los mayores de 24 años), el cálculo sí tiene sentido", apunta en referencia a la tasa de paro general, ya que se da por hecho que la tasa de población activa recoge a aquellos que ya han concluido su formación y de los que se espera que quieran trabajar o estén buscando buscando trabajo. Sin embargo, entre los jóvenes de entre 16 y 24 años hay un elevado número que están acabando sus estudios de secundaria, rematando una carrera universitaria o cursando módulos de formación profesional. Es decir, no son parte de la población activa.

"A finales de 2012, el número de jóvenes de entre 16 y 24 años era de 4,1 millones, de los cuales, según la Encuesta de Población Activa, 1,7 formaban parte de dicha población activa en la definición comúnmente aceptada", señala el artículo.

La ratio en lugar de la tasa

Por eso, Chislett propone utilizar en lugar de la tasa de paro otra medición empleada también por Eurostat, pero no difundida: la ratio de desempleo.

Este cálculo está basado sobre todos los jóvenes que se sitúan en el rango de edad analizado (de 16 a 24 años) y no solo sobre los que están dentro de la población activa. El resultado al aplicar este método es sensiblemente distinto: la ratio de jóvenes en paro era del 22% a finales del pasado año.

"El numerador de esta fórmula para calcular el índice de desempleo juvenil lo integran los desempleados, incluyendo estudiantes que buscan empleo, y el denominador, solo los ocupados y desempleados. La fórmula que, en mi opinión, habría que utilizar para calibrar adecuadamente el desempleo juvenil debería incluir en el denominador al numeroso grupo de estudiantes que entra y sale del mercado laboral con gran volatilidad dependiendo del ciclo económico", explica Chislett.

¿La mitad en paro?

Con el goteo de estadísticas oficiales no es infrecuente que surjan voces que ponen en duda un nivel de paro tan elevado, en medio de la preocupación que despierta un problema de este alcance. El temor a la 'generación perdida' expresado en varias ocasiones desde Bruselas se alterna con el convencimiento de que, de ser reales las cifras, el conflicto social en el país tendría un tono mucho más elevado.

"Eurostat, por el bien de la Unión Europea, y el Gobierno español, por razones de transparencia, darían un gran servicio público si publicaran regularmente tanto la tasa como la ratio de desempleo", concluye Chislett en su columna.

En junio del año pasado el Financial Times ya abordaba este tema con una explicación similar. El rotativo británico también hacía referencia a la descorrelación entre las cifras oficiales aportadas y la realidad y proponía atender a otra medición que bajo su juicio es más correcta, la tasa NEET (not in employment, education or training). Este dato, facilitado por la OCDE, mide los jóvenes sin empleo y que no están estudiando o formándose.

Aunque deja fuera del cálculo a aquellos jóvenes que están realizando algún tipo de estudio por no poder encontrar un trabajo, sí tiene en cuenta características inherentes a la sociedad española y no relacionadas con la crisis, como el número de años que los jóvenes dedican a los estudios universitarios.

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