Economía

El Banco de Japón inicia su reunión mensual en plena zozobra por la guerra de divisas

El Banco de Japón (BOJ) dio comienzo hoy a su reunión mensual de dos días, durante la cual se espera que la entidad valore el impacto de su nueva meta inflacionista adoptada en enero y que estudie mejorar su evaluación de la economía nipona.

En su anterior junta la entidad elevó su objetivo inflacionario hasta el 2% anual, después de que el primer ministro japonés, el conservador Shinzo Abe, presionara durante semanas para que el emisor adoptara una meta más ambiciosa para terminar con la deflación que atenaza a la tercera economía mundial.

Expertos consultados por la agencia Kyodo esperan que tras el encuentro, el BOJ mantenga los tipos de interés en el bajísimo nivel de entre el 0 y 1% en el que se encuentra desde 2010 para estimular la recuperación económica de Japón.

Sin embargo, no se prevé que la reunión se salde con nuevas medidas de flexibilización después de que el organismo anunciara al término de su último encuentro, el pasado 22 de enero, que activará en 2014 un nuevo programa de compra de activos, su principal herramienta para inyectar liquidez en el sistema financiero.

Los analistas creen que el BOJ estudiará la posibilidad de mejorar su diagnóstico sobre el estado la economía nipona, que actualmente valora como "relativamente débil", ante las señales de recuperación económica en el extranjero, la mejora del mercado financiero japonés o el abaratamiento del yen.

G-7 y guerra de divisas

Japón ha sido criticado por su actual política monetaria muy expansiva para luchar contra la deflación y la debilidad económica. Esta política monetaria ha contribuido a la depreciación del yen desde hace meses, mientras que otras divisas como el euro se han apreciado, lo que podría perjudicar la recuperación económica en la zona del euro. 

La caída de la divisa ha aumentado las expectativas de cara al rendimiento de los grandes exportadores nipones, que ven incrementados su competitividad y sus beneficios al repatriarlos del exterior.

Desde el G-7 publicaron ayer un comunicado en el que se compromete a que las fuerzas del mercado determinen los tipos de cambio de las divisas, pero añadiendo que las políticas monetarias y presupuestarias "seguirán estando orientadas a cumplir nuestros respectivos objetivos nacionales".

"Estamos de acuerdo de que la volatilidad excesiva y los movimientos desordenados en los tipos de cambio pueden tener efectos negativos para la estabilidad económica y financiera", añadía la declaración de los países más industrializados.

Los mercados financieros interpretaron esta declaración como una ligera reprimenda a Japón, de forma que se tolera la política monetaria actual.

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