
Las eléctricas apenas podrán trasladar a las tarifas la mitad del coste de las medidas propuestas en la reforma energética del Gobierno, según aseguran los analistas de BBVA. Concretamente, la entidad financiera calcula que se podrán trasladar al mercado un incremento de entre 2 y 3 euros/MWh, frente a los 7,7 euros/MWh que supondría de incremento en el mercado mayorista de la energía el traslado de todos los costes.
Desde el anuncio de la reforma, los precios de la electricidad para 2013 han subido 2 euros/MWh, tal y como ya indicó este diario.
Esta situación se produce por varios factores que han sido analizados por esta entidad. En lo que supone a la perspectiva del suministrador, aseguran que la baja demanda de energía registrada, junto con la sobrecapacidad de centrales instaladas que provoca que el bajo factor de carga de las centrales de ciclo combinado se sitúe en niveles históricamente bajos, las cláusulas de take or pay para los contratos de gas y las conexiones internacionales podrían ser significativamente dañinas para las eléctricas en el caso de incrementarse los precios.
Del mismo modo, desde el punto del vista del consumidor, los altos precios de la energía podrían comenzar a erosionar la demanda y crear incertidumbres sobre la producción y la posible deslocalización de empresas, tal y como han alertado quince patronales. Y además, indican que los pasos adelante en la liberalización incrementarán la competencia y presumiblemente supondrán unos menores márgenes para los suministradores.
Asimismo, supondrán un problema las interconexiones entre España y Francia, Portugal y Marruecos, que pueden impedir el traspaso de todos estos costes a la tarifa eléctrica, al disfrutar de generación con precios que en principio estarían -probablemente a excepción de Portugal- fuera de ser sometidos a la normativa española.
La reforma anunciada el 14 de septiembre pone fin a años de incertidumbre regulatoria y se espera que elimine definitivamente el déficit de tarifa. Además el BBVA cree que tiene un impacto menor del esperado para las compañías eléctricas.
El coste de la electricidad se ha disparado en España desde el año 2008. Según las cuentas de BBVA, la diferencia de los precios de nuestro país con la media europea está en cerca del 35 por ciento. Por este motivo, los analistas del banco aseguran que si hay nuevos incrementos sobre los niveles actuales, unidos al aumento de la presión fiscal que están sufriendo los consumidores, ambos factores podrán erosionar la demanda.
BBVA pone como ejemplo a Portugal, donde el pasado año se aprobó un incremento de los impuestos que supuso una caída del consumo del 2 por ciento en octubre, del 4,3 por ciento en noviembre, del 7,6 por ciento en diciembre y del 3,9 por ciento en enero de 2012. España está en estos momentos en los niveles de consumo de energía eléctrica del año 2006 y no se espera que se recupere la demanda hasta 2018. Los expertos también hacen referencia en su informe al incremento de la liberalización del mercado. De este modo, consideran que una mayor apertura puede reducir los márgenes a corto plazo después de años de intervención política.
En los mercados liberalizados, los contratos bilaterales que generalmente tienen una duración de entre 12 y 24 meses tampoco podrán cargar con la reforma, ya que principalmente están indexados a los precios del petróleo o del gas. Asimismo, el peso de los suministradores independientes es cada vez más creciente y ya controlan cerca del 20 por ciento del suministro y el 2 por ciento del mercado.