
"La democracia, no hay que olvidarlo nunca, nació por evolución y por necesidad". El economista Santiago Niño Becerra reflexiona hoy sobre el momento político y económico que atraviesa España y utiliza las recientes protestas frente al Congreso como piedra de toque.
El profesor se pregunta por qué el movimiento 25-S, responsable de las últimas movilizaciones contra la clase política, no nació en 2006 a pesar de que la corrupción y los abusos vivían una época dorada al calor de la burbuja. Y el motivo, según su teoría, es que la democracia siempre se ha basado en un binomio que ahora se resquebraja: votar libremente a quien se quiera y vivir cada día un poco mejor.
¿Y qué está pasando ahora? Pues que la mejora "continuada y permanente" de los estándares de vida es parte del pasado, por lo que una de las partes del binomio ha dejado de cumplirse. "Es como si se hubiese entrado en la deconstrucción del presente", asegura Becerra, que apunta que en España el término democracia siempre se ha entendido como un equivalente de "ir a mejor".
Por tanto, "si ahora se está yendo a peor y a peor se va a seguir yendo, ¿qué simbolizan esos a quienes elegimos democráticamente para que nos guien hacia una vida mejor? ¿Para qué queremos a unos políticos que no saben o no pueden hacer que las cosas vuelvan a estar como estaban antes de que se produjese este desastre? Ahí, pienso, radica el trasfondo del 25-S", sentencia Becerra en La Carta de la Bolsa.
Los tiempos han cambiado y los ciudadanos apuntan ahora contra el Congreso y sus representantes como nunca lo habían hecho en las últimas décadas. Se percibe que el binomio se está rompiendo y que nada volverá a ser como en 2006, cuando la sensación de ir a mejor y de poder comprarlo todo pesaba más que la mala gestión política y la sensacción de suicidio económico colectivo.