La incertidumbre que rodea la evolución del mercado laboral, las preocupaciones sobre la crisis de deuda en Europa, el crecimiento de China y el llamado abismo fiscal en Estados Unidos presionaron a la Reserva Federal a pasar a la acción, según las actas de la última reunión celebrada los días 12 y 13 de septiembre.
La Fed llevaba meses dispuesta a actuar si la situación económica del país no mostraba signos de mejora, y fue en su última reunión cuando anunció otra ronda de compras a gran escala de deuda hipotecaria, el llamado Quantitative Easing 3 (QE3). Además, para apuntalar la economía, amplió su promesa de tipos bajos hasta mediados de 2015, frente al límite actual de finales de 2014.
Según las actas de la Fed, la mayoría de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) apoyaron el nuevo programa de compra de deuda hipotecaria aunque algunos mostraron sus reparos sobre la eficacia que pueda tener este nuevo programa de estímulo en los mercados financieros y la economía real.
Asimismo, informan de que se discutió sobre la eficacia de comprar deuda hipotecaria en vez de bonos del Tesoro y que en general se consideró que las compras de valores respaldados por hipotecas sería preferible porque apoyaría directamente al sector inmobiliario, que sigue "débil pero muestra algunas señales de mejoría".
Sin embargo, algunos miembros de la Fed subrayaron la "incertidumbre" que existe sobre los efectos que pueden tener estas operaciones en los mercados financieros y la economía real. "Algunos participantes piensan que anteriores compras fueron útiles porque se realizaron en periodos de estrés en los mercados o de elevado riesgo de deflación, y confían menos en la eficacia de compras adicionales en las actuales circunstancias", explican las actas.
Riesgos asumibles
Respecto a los riesgos y los costes que podría implicar este programa, algunos miembros reiteraron su preocupación ante la posibilidad de las compras adicionales compliquen los esfuerzos del Comité para abandonar la política monetaria cuando sea apropiado hacerlo, "aumentando el riesgo de una elevada inflación en el futuro".
No obstante, ven asumibles estos riesgos. "La mayoría de los participantes piensan que estos riesgos pueden ser manejados en la medida en que la Fed puede cambiar el tamaño de las compras si ello es necesario, en respuesta a la evolución económica o en función de su eficacia y sus costes", señala el comunicado.