
Primero ha sido el Banco de España y, más tarde, la Comisión Europea. Ambos coinciden en que las cuentas del Gobierno para el próximo año son demasiado optimistas. La valoración de Bruselas sorprende después del comunicado que emitió el jueves, tras la presentación de los Presupuestos de 2013, en el que calificaba las reformas anunciadas por el Ejecutivo como un "gran paso para reducir los desequilibrios".
¿Y las razones de este cambio de opinión? Al parecer, el vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, esperó hasta la reunión de este lunes con el ministro de Economía español, Luis de Guindos, para comentarle en privado sus reservas con las cuentas del próximo año, según fuentes que cita Bloomberg.
A su juicio, los presupuestos que presentó el Gobierno para reducir el déficit en 2013 hasta el 4,5% se basan en supuestos excesivamente optimistas. Entre ellos, el Ejecutivo español contempla una caída del PIB del 0,5% el próximo año.
Este retroceso es notablemente menor al de muchos analistas, entre ellos el de 21 expertos consultados por Bloomberg, que estiman una contracción del 1,3% en 2013.
Esta mañana, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, también ha mostrado sus dudas ante las matemáticas del Gobierno español, al recordar que muchos organismos internacionales anticipan un retroceso del 1,5% el próximo ejercicio.
¿Los presupuestos del rescate?
Tras aprobarse el rescate bancario, el Ejecutivo de Mariano Rajoy estudia en estos momentos si pedir un rescate más amplio para apuntalar las finanzas públicas.
Los rumores que surgieron días antes a que España presentase sus presupuestos apuntaban a que tanto el BCE como Bruselas habían trabajado codo con codo con el Gobierno español en el diseño y supervisión de estas cuentas, adelantado las medidas que se exigirían en el caso de que España decida pedir ayuda a sus socios europeos.
A la espera de la decisión que tome Rajoy, Reuters apuntaba hoy por donde podrían ir los tiros en el caso de que el Gobierno español decidiese pedir ayuda. Según fuentes europeas, el fondo de rescate de la Eurozona podría garantizar entre un 20 y un 30% de cada emisión de deuda del Tesoro, lo que ofrecería un seguro a los inversores que compren bonos del gobierno español.
Esto ayudaría a reducir al mínimo el coste para el contribuyente europeo y permitiría que España mantenga abierto el acceso a los mercados.