Economía

Las contradicciones del gobernador

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, nuevo gobernador del Banco de España. Foto: Guillermo Rodríguez
Miguel Ángel Fernández Ordóñez decía hace dos años que su puesto era para personas políticamente independientes, pero su nombramiento ha sido político. Hoy sustituye a Jaime Caruana.

"Este país necesita iniciar una época nueva... que las instituciones no estén al servicio del Gobierno de turno, sino que se diseñen... pensando en el interés de España y no en beneficio de un partido concreto". ¿Un líder de la oposición? ¿Un catedrático independiente? Son las palabras de Miguel Angel Fernández Ordóñez pronunciadas en marzo de 2004, apenas dos semanas después de que el PSOE ganara las elecciones.

Hoy Fernandez Ordónez se convertirá en Gobernador del Banco de España y su primera pesadilla van a ser las hemerotecas. ¿Mantendrá su palabra el gobernador? ¿Caerá en contradicciones? ¿Podrá desplegar una gestión totalmente independiente en el Banco? ¿Se mantendrá libre frente a las decisiones que tomen sus ex jefes en el Gobierno?

Porque su nombramiento ya ha quebrado una vieja tradición española: la de que la persona que dirigiera los destinos del Banco de España tenía que ser independiente, es decir, sin carné de partido político. Mafo (las iniciales de su nombre y apellido completo) no es precisamente un gestor independiente. Nada menos que militante del PSOE y número dos del Ministerio de Economía, con Pedro Solbes a la cabeza, ha trabajado codo con codo con la Oficina Económica del Gobierno y con el propio José Luis Rodríguez Zapatero.

Ha puesto en marcha iniciativas que prometían ser muy renovadoras como una reforma fiscal, con muchas pretensiones, la lucha contra el fraude y la negociación con los nacionalistas catalanes para dar a luz un Estatut que pusiera las bases para una nueva financiación en España.

Nombramiento político

Pero la inequívoca orientación política de Mafo que tanto le valió para ganarse un buen estatus en el Gobierno puede convertirse ahora en su principal problema porque el Partido Popular no ha aceptado su nombramiento.

¿Qué hace un gobernador hoy día? Ya que no puede fijar los tipos de interñes (es potestad del Banco Central Europeo en Frankfurt), su papel consiste en inspirar y dirigir los informes periódicos de análisis de la situación económica de España; y además, presentar el informe anual de la institución a principios de cada verano, siempre con algún mensaje crítico y duro.

Y ahora, el propio Fernández Ordóñez puede sufrir en sus carnes su propia medicina porque durante los años en los que fue consejero, articulista y tertuliano del Grupo Prisa, acostumbraba a convertir en "fracasos" los logros del Gobierno del Partido Popular, y rebajaba la cortesía con que Jaime Caruana, el que hasta ayer fue gobernador del Banco de España, trataba al Partido Popular.

Es seguro que, dentro de un año, cuando Fernández Ordóñez presente su primer informe anual, mantendrá esa cortesía para no criticar con dureza las políticas de Pedro Solbes, su jefe durante muchos años. Sobre todo, porque muchas de las cosas que entonces estén en marcha fueron creadas, inspiradas y elaboradas por el propio Mafo cuando estuvo en el Gobierno. ¿Se va a contradecir?

La primera de sus tareas consistirá en valorar la reforma fiscal. El mismo Consejo de Ministros que nombró a Mafo consejero del Banco de España, el 20 de enero pasado, mandó al Congreso una reforma fiscal inspirada por el ex secretario de Estado de Hacienda. Tras su paso por la Cámara Baja y el maquillaje de CiU, tanto el IRPF como el Impuesto de Sociedades ya no son lo previsto, aunque guardan la esencia. ¿Aprovechará el gobernador su autonomía para reprochar los cambios que él no quiso incluir en el tributo? A Caruana no le gustó incluso lo que hizo Mafo en el proyecto.

Los malditos sellos

Apenas tome asiento en el Banco, Miguel Ángel Fernández Ordóñez se va a encontrar con un problema de dimensión descomunal. Su nombre aparece en la querella que la Fiscalía Anticorrupción presentó contra Forum Filatélico y Afinsa por el escándalo en la inversión en sellos. Son casi 400.000 perjudicados porque el Banco o el Gobierno (el de antes o el de ahora) no aclararon a tiempo el carácter del negocio: ¿financiero o mercantil? El Banco de España lo calificó de mercantil, pero la inspección de la Agencia Tributaria, con Mafo como presidente, lo analizó como entidad financiera, indicó los posibles delitos que se pudieron cometer (blanqueo de dinero, evasión de capitales, etc.) y puso en marcha un proceso judicial imparable que ha supuesto la ruina del negocio.

No cabe duda de que es una investigación iniciada en Hacienda y que salpicó al Banco de España. La propia Agencia Tributaria decidió que los rendimientos del dinero invertido en sellos debían tributar como capital mobiliario. Como gobernador, ¿moficará el tratamiento a los sellos y los convertirá en una inversión fnanciera?

Y si se pone en marcha una comisión de investigación parlamentaria, ¿cómo irá Mafo: como gobernador que es o como responsable de la Hacienda Pública, que fue? ¿No sería juez y parte de nuevo?

El Estatut de PSOE y CiU

Cuando la oposición acusó al Gobierno de estar negociando el nuevo Estatuto de Cataluña con un partido político, Solbes fue muy claro: el Gobierno no negocia, lo hace el partido, aunque para ello cuente con el secretario de Estado de Hacienda. Había que sentar las bases de un modelo cuasi federalista de reparto del dinero público en España, y Mafo lo preparó, negoció y pactó con los nacionalistas catalanes con brillantez. Hay que reconocer que de lo que CiU pretendía como trasvase de fondos y financiación autonómica, hasta el modelo que se acordó, hay una diferencia grande que sólo alguien con talento era capaz de hacer.

Jaime Caruana, desde el Banco de España, alertó rápidamente del riesgo de rupura del mercado por culpa de tanta descentralización política y fiscal, pero sus voces se acallaron con aquello de que era cuestión política, no del banco. Mafo negoció en nombre del partido y como hombre del Gobierno las bases de un modelo que se pondrá en marcha, con suerte, a finales del año que viene. Es seguro que el Banco de España lo tendrá que analizar y evaluar, sobre todo si supone algún riesgo para la economía española. ¿Será Mafo tan duro como Caruana con un modelo fiscal y financiero que él mismo ha engendrado? ¿Con CiU de socio del Gobierno en nombre de los que él negocio? Juez y parte...

La reforma de los estatutos de autonomía puede tener un capítulo más. Todo el mundo sabe que harán falta varios pronunciamientos del Tribunal Constitucional sobre muchos aspectos regulados y competencias transferidas. Hay recursos interpuestos por el PP y por el Defensor del Pueblo. Y es práctica habitual del Constitucional pedir informes sobre cuestiones financieras muy técnicas a instituciones supervisoras como el Banco de España. ¿Qué va a argumentar la institución sobre algo que su gobernador ha generado?

Créditos a los partidos

La supervisión bancaria y la calificación del riesgo que se corre en la concesión de créditos son el alma mater de las funciones del Banco de España. Mafo ha pasado su carrera entre Moncloa y Hacienda, pero esa función no le es desconocida. Eso supone investigar también las condonaciones de los intereses de las deudas que los partidos tienen con las entidades financieras, supuestamente, a cambio de nada.

El Tribunal de Cuentas se encarga cada año de publicarlo, y no es lógico que el Banco de España lo acepte sin más. Tendrá que pronunciarse sobre los favores financieros que se hagan a los partidos, sobre todo al partido que ha avalado toda su carrera y que le ha llevado hasta el sillón que ocupa. "Tú también hijo mío"... le podrá decir el César Zapatero si ve venir la puñalada.

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