
Tras los primeros resultados electorales en Francia y la dimisión del Gobierno en Holanda, el actual modelo político europeo parece tambalearse. Incluso el FMI pedía ayer a Alemania que diese su brazo a torcer con los eurobonos, pero Berlín se mantiene firme en su discurso y el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ha vuelto a asegurar que hay que ahondar en los ajustes fiscales.
Postergar los recortes presupuestarios perjudicará, no mejorará, el crecimiento económico, dado que una medida de ese tipo golpearía la confianza en que la zona euro logrará poner en orden su deuda pública, aseguró el consejero del Banco Central Europeo y presidente del supervisor alemán.
Según Weidmann, el BCE subirá los tipos de interés cuando se corra el riesgo de que la inflación supere la meta y advirtió que usar ahora una política monetaria demasiado expansiva aumentaría los peligros sobre la estabilidad financiera y de precios en el futuro.
Cuestión de confianza
"Si la consolidación y las reformas ya anunciadas se demoraran, ¿la gente no perdería más aún la confianza en la capacidad de las autoridades de llegar a la raíz de la crisis?", se preguntó Weidmann.
Según explicó, en la actual situación la falta de confianza en las finanzas públicas ya está afectando al crecimiento económico, sostuvo, para luego señalar que "la consolidación fiscal podría inspirar confianza y ayudar a la economía a crecer".
Durante el fin de semana, importantes consejeros del BCE que participaron de los encuentros de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) rechazaron los llamamientos del FMI para que el banco central lleve su tipo por debajo del 1% y esté preparado para proveer más financiación público a los bancos para reducir el riesgo de un recrudecimiento de la crisis.
Weidmann insistió en que el BCE y los gobiernos deben mantener la actual trayectoria, ya que los riesgos que conllevan los recortes de presupuestos están sobrestimados. "Los riesgos de la consolidación están siendo exagerados. En cualquier caso, hay pocas alternativas", dijo.
Weidmann se mostró preocupado por la posibilidad de que la inflación de los países desarrollados pueda ser superior a las tasas del 1,9 y 1,7% que proyecta el FMI para este y el próximo año. "Yo no estoy tan tranquilo (como el Fondo) respecto de la inflación. Si tomamos en cuenta los crecientes precios de la energía y la fuerte inflación subyacente, los precios podrían subir más rápido que lo que espera el FMI", indicó.
Así, insistió en que el BCE podría subir los tipos para frenar la inflación si viera que los precios suben más rápido que su meta de cerca pero por debajo del 2%. "Las autoridades monetarias deben hacer lo que sea necesario una vez que los riesgos sobre la inflación de la zona euro aumenten", afirmó.