
Las catastróficas previsiones para España que esta semana avanzó el FMI contienen un matiz que no debe pasarse por alto: no incluyen el ajuste fiscal anunciado por el Gobierno tras la desviación del déficit del pasado mes de diciembre de 2011.
¿Y esto que implica? Según cuenta Luis Garicano, economista y catedrático de la London School of Economics, en su blog Nada es Gratis, supone que la economía española, una vez ajustado este recorte de algo menos de 20.000 millones, se contraerá más de un 3%, cerca del 3,7% de contracción del año 2009, el año más duro, hasta ahora, de la crisis económica.
Garicano es muy explícito, de hecho títula el post Peligro de Depresión, y recuerda que si la expectativa de caída del crédito es del 8% para 2012, las consecuencias para el mercado laboral pueden ser desastrosas.
Y es que según calcula, el empleo en España cae normalmente más que el PIB, por lo que podría haber unos 3 puntos adicionales de pérdida de empleo, "es decir alrededor de 500,000-600,000 parados adicionales llegando a 6 millones si es cierto que la EPA da mañana da 5.4 millones. Es decir, la tasa de paro llegará a finales de año, según estas predicciones 'mejoradas' del FMI, al 26%".
Gobierno "populista" sin las ideas claras
Ante esta tesitura, Garicano insiste ("da rabia y enfado" hacerlo, según sus palabras) en que no haya una "consolidación fiscal brutal en medio de una gigante recesión", y cree que sería más útil sustituirla por unos planes fiscales creíbles a medio plazo.
En este sentido pide que no haya "incrementos populistas del déficit estructural", citando la deducción por la compra de vivienda. Además, cree necesarias reformas en profundidad en los mercados de bienes, de trabajo, de servicios y del sistema financiero.
"No podemos ahora recortar dos puntos más, a propósito, del PIB. Pero tampoco podemos simplemente no hacer nada", explica Garicano, recientemente nombrado consejero de Liberbank (Cajastur, CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura).
Pero las críticas al gobierno de Mariano Rajoy no se quedan ahí: "Desgraciadamente, da la impresión (¡ójala errónea!, lo sabremos pronto) de que el gobierno no tiene las ideas nada claras al respecto, y quedan dos o tres semanas para que las reformas más importantes de una generación se pongan en marcha".
Así, cree que "la anestesia de la operación de refinanciación del BCE ha hecho creer a nuestros gobernantes que no pasa nada, que estamos accediendo al mercado. Y esto no es así. El BCE nos está, indirectamente, rescatando. Pero la situación en los mercados internacionales puede cambiar en minutos, y se nos puede acabar el poquito aire que nos queda", concluye pesimista.