
El responsable del regulador de mercados francés (AMF), Jean-Pierre Jouyet, ha asegurado este martes que haría falta un milagro para que su país mantuviera la máxima calificación de crédito y advirtió de los efectos para la segunda economía de la zona euro si la pierde.
El pasado viernes, la agencia de calificación Fitch cambió la perspectiva de la deuda soberana francesa a negativa, sumándose a Standard & Poor's, que situó a Francia y a otros 14 países de la eurozona bajo revisión al inicio del mes.
Moody's, la otra gran agencia de calificación, dijo en el mes de octubre que estaba revisando la perspectiva estable del rating 'AAA' de Francia.
"Para mantenerla haría falta un milagro, pero quiero pensar que puede suceder", ha afirmado Jean-Pierre Jouyet en una reunión con periodistas financieros.
Preparados para lo peor
El presidente Nicolas Sarkozy, que afronta una dura pelea por la reelección en abril y durante meses prometió hacer todo lo que pueda para proteger el rating de Francia, ha cambiado de táctica y ha preparado a los votantes para perder la máxima calificación, diciendo que una rebaja sería soportable.
"Creo que es bastante lamentable que aceptemos con cierto fatalismo la pérdida de la 'AAA' y que, con cierta resignación, aceptemos la degradación de nuestro país", ha señalado Jouyet, que es considerado próximo a la oposición socialista francesa y amigo del candidato a la presidencia, François Hollande.
Mientras que algunos inversores han dicho que el mercado ya ha descontado la rebaja de Francia, Jouyet ha apuntado que no había lugar a la complacencia ya que esta decisión tendría repercusiones.
"No sería banal porque existe un impacto en los tipos de interés, condiciones de crédito y poder adquisitivo del consumidor", ha sentenciado el regulador.