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Lejos de mejorar, el panorama cada vez se complica más para el Banco Central Europeo. La inflación ha seguido repuntando y el riesgo de que la debilidad económica estadounidense se propague a la zona del euro ha crecido. Aún así, todo apunta a que la entidad dejará los tipos en el 4%, aunque podría rebajar su tono antiinflacionista. El Banco de Inglaterra ha decidido bajar el precio del dinero 25 puntos básicos hasta el 5,25%.
Una vez más, el calendario no ha tenido piedad del Banco Central Europeo (BCE). Primero, porque ya ha consumido el mes de rigor que transcurre entre los Consejos de Gobierno que celebra la entidad, por lo que ésta protagoniza hoy la segunda reunión de 2008. Y segundo, porque las cuatro últimas semanas, lejos de haber aliviado la situación, la han complicado todavía más: la inflación ha seguido repuntando y el riesgo de que la debilidad económica estadounidense se propague a la zona del euro ha crecido.
Atrapado entre ambas amenazas, todo indica que el BCE optará por por mantener los tipos en el 4 por ciento. De este modo, además de dejarlos en el nivel en el que están desde junio de 2007, permanecerán por encima del 3 por ciento en el que se encuentra el precio del dinero en EEUU desde el 30 de enero -ver análisis-.
Tal como están las cosas, no tocar los tipos es la única alternativa plausible que la entidad tiene a su alcance. "En estos momentos su margen de maniobra es muy limitado", reconoce José Luis Martínez, estratega en España de Citi. Aunque en enero, y según las cifras preliminares, la inflación de la zona euro aumentó una décima y se fue hasta el 3,2 por ciento, subir los tipos parece una temeridad en medio de la incertidumbre económica y financiera vigente. ¿Y bajarlos? Por el momento, tampoco constituye una opción aconsejable, precisamente porque los precios de la región están muy por encima del objetivo del BCE, que persigue mantener la inflación cerca del 2 por ciento.
Moderación
Ahora bien, una cosa es que no modifique los intereses y otra que la institución presidida por el galo Jean-Claude Trichet no varíe su estrategia. Para los expertos, ha llegado el momento de que el BCE relaje el duro discurso antiinflacionista que ha defendido en las últimas citas. "El BCE debe empezar a reconocer que el enfriamiento del crecimiento económico y la contención del petróleo reducen las presiones inflacionistas", señala David Cano, experto de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
En efecto, los últimos datos confirman que la economía europea se está frenando. Distintos indicadores, como la confianza de los consumidores y empresarios europeos, la actividad del sector servicios y las ventas al por menor, han sufrido un serio deterioro en los dos últimos meses, una evolución que invita a pensar que el BCE se verá obligado a bajar los tipos en los próximos meses. Para ello, eso sí, debería preparar el terreno. Tal vez desde hoy. Como sostiene Simon Ward, economista jefe de la gestora NewStar, "el BCE iniciaría el cambio hacia un futuro recorte de tipos si suaviza hoy sus declaraciones".