WASHINGTON (Thomson Financial) - La Casa Blanca reflexiona este martes sobre un plan de reactivación económica para reducir los crecientes riesgos de una recesión en Estados Unidos, pero los analistas advierten que el recorte de impuestos no bastará en esta oportunidad.
Por Claire Gallen
El espectro de la recesión resurge a intervalos regulares en la primera economía mundial desde la crisis financiera del tercer trimestre del año pasado, pero el viernes las inquietudes se redoblaron después de que el gobierno anunció un aumento del desempleo, a 5% en diciembre 2007.
'Actualmente el debate no es saber si hace falta o no un estímulo económico. La cuestión parece ordenada', escribió el lunes el ex secretario del Tesoro, Lawrence Summers, en el Financial Times.
El temor es si la crisis logra que los consumidores gasten menos y se reduzca así la actividad de las empresas. El crecimiento, que rozó con el 5% a mediados de 2007, podría debilitarse, de acuerdo a la opinión de diversos economistas.
Para impedir una crisis, el banco central (Fed) se comprometió con una rápida reducción de las tasas de interés, pero los analistas destacan que un cierto número de medidas cruciales escapan a su campo de acción.
'Un estímulo presupuestario sería el modo más rápido y más fiable de animar el crecimiento a corto plazo', afirma Summers.
El Gobierno estadounidense prepara un plan de reactivación que sería anunciado por el presidente George W. Bush en su discurso sobre el estado de la Unión, el 28 de enero, indican informes de prensa.
'Nuestro fin más inmediato es minimizar el impacto sobre la economía' de la crisis financiera, afirmó el lunes el secretario al Tesoro Henry Paulson, y explicó que es 'crucial mantener la economía tan fuerte como sea posible a medida que el país absorbe la corrección (por la crisis) inmobiliaria'.
La cuestión es entonces saber cuáles medidas deben privilegiarse.
En sus últimas discursos, Bush dio a entender que favorecería un nuevo recorte de impuestos.
Pero esta medida no entusiasma a los analistas. 'Fundar su política fiscal sobre algo temporal como la crisis de subprimes no tiene mucho sentido', estimó Michael Swanson del banco Wells Fargo.
Otros lo critican desde un punto de vista más político.
'Un plan de reactivación implica primero medidas temporales. Hacer algo permanente de los recortes de impuestos es utilizar la excusa de la recesión para adelantar su programa', dijo enojado Jared Bernstein, del Instituto de Política Económica, próximo a los demócratas.
El presidente republicano siempre dijo que quería hacer permanente su eliminación de impuestos, muy criticada por los demócratas que la consideran injusta, y que por el momento debe expirar para 2010-2011.
Los partidarios de un plan de reactivación subrayan que debe cumplir tres criterios para ser eficaz: que sea dirigido a los menos ricos, que se ejecute rápidamente y que sea temporal.
Una de las medidas más mencionada por los expertos es aumentar la duración o el importe de los subsidios por desempleo.
La ayuda podría pasar también por otros canales, particularmente la asistencia directa a los estados que vieron caer sus ingresos a causa de la crisis inmobiliaria.
Esto tendría un costo elevado: las estimaciones van hasta los 100.000 millones de dólares. Pero 'impulsar tales medidas sería más prudente que esperar hasta que daños suplementarios hagan inevitable un plan todavía más importante', afirma Summers.
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AFP/jr
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