Juan Antonio Sanz
Montevideo, 16 dic (EFECOM).- Montevideo acoge mañana y el martes una nueva cumbre del Mercosur, marcada por la disensión entre sus miembros, la falta de avances hacia la integración regional y las objeciones brasileñas y paraguayas a la adhesión de Venezuela.
La cuestión de las asimetrías regionales y la desconfianza de Uruguay y Paraguay en la doble velocidad para la integración que están imprimiendo Argentina y Brasil aparecen en la agenda de esta reunión de dos días, una protagonizada por cancilleres y ministros, y la segunda, el martes, por los jefes de Estado
No todo serán obstáculos en el encuentro, pues está previsto que mañana, en el ámbito de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores y Economía que prepara la cumbre del martes de presidentes, se firme un tratado de libre comercio entre Mercosur e Israel.
Además, la Unión Europea suscribirá un memorando de entendimiento con el organismo formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con la aportación de 50 millones de euros (74,5 millones de dólares) de cooperación no reembolsables para apoyar el proceso de integración regional.
Sin embargo, tal y como lo reflejó hoy la prensa de Uruguay (país que ejerció este semestre la presidencia "pro tempore" del grupo), la cumbre se celebra con más sombras que luces, con la desigualdad regional más profunda que nunca, los enfrentamientos al orden del día entre sus miembros y con los escándalos que afectan a alguno de sus líderes.
"Cautela. Un encuentro en el que se medirá el alcance de cada palabra y de cada gesto", decía gráficamente el diario "El País" en su primera página de la edición de hoy sobre el ambiente que precede a la cumbre del Mercosur.
Uruguay y Argentina acuden a la cumbre enfrentados por la planta de celulosa construida en territorio uruguayo (en la frontera fluvial de ambos países) por una empresa finlandesa y que, según los argentinos, causará un desastre ambiental en la zona.
El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, y su homóloga argentina, Cristina Fernández, no tendrán fáciles sus conversaciones después de que la mandataria, en su discurso de toma del mando el pasado 10 de diciembre, acusara a Montevideo de tener toda la culpa en el conflicto.
No obstante, ambos líderes están abocados al contacto, pues el martes 18 de diciembre Vázquez deberá traspasar a la mandataria argentina esa presidencia "pro tempore" del Mercosur.
Ese relevo se producirá tras el desayuno de trabajo que celebren los presidentes, en vista de que no se producirá la tradicional "cena de honor" de mandatarios.
Este es el primer viaje oficial de Fernández, pero no tiene previsto hablar ante el Parlamento del Mercosur y se espera que haga pocas declaraciones públicas.
Fernández viaja a la capital uruguaya con esa cautela de la que habla la prensa aquí, pues sobre la presidenta argentina se cierne la sombra del enrevesado "caso de la valija".
El FBI estadounidense sospecha de que el maletín con 800.000 dólares que un empresario venezolano intentó ingresar en Argentina el pasado mes de marzo estaba destinado a sufragar la campaña electoral de Fernández a la presidencia de su país.
De quien sí se esperan declaraciones es del presidente venezolano, Hugo Chávez, cuyo país aspira a convertirse pronto en miembro de pleno derecho del Mercosur, a pesar de las reticencias de brasileños y paraguayos.
Los Parlamentos de Paraguay y Brasil aún tramitan el protocolo de adhesión de Venezuela, que ya ha sido aprobado por los Legislativos de Argentina y Uruguay, países más complacientes con el gobernante venezolano.
En los Congresos de Brasil y Paraguay, la votación ya ha quedado pospuesta hasta 2008, a pesar del plazo dado por Chávez para que esa aquiescencia se produjera antes de fin de año.
La visita de Chávez se produce marcada también por su enfrentamiento a España, tras la cumbre iberoamericana de Santiago en noviembre, y Colombia, ante la polémica mediación del presidente venezolano para la liberación de prisioneros en manos de la guerrilla colombiana.
En Brasil, la oposición acusa a Chávez de autoritarismo e incluso de "dictador", como le ha calificado el ex presidente José Sarney, aspirante a la presidencia del Senado brasileño.
Además del foro de Mercosur, donde su país acude como asociado, como Ecuador, Bolivia, Chile, Colombia y Perú, el presidente de Venezuela podría ofrecer sus discursos en el marco de una "cumbre de los pueblos" que se pretende organizar paralela a la de jefes de Estado.
La principal central sindical de Uruguay, PIT CNT, quiere que Chávez participe en ese acto público y que se dirija "a los trabajadores uruguayos", según indicó el dirigente obrero Juan Castillo, para quien sólo la alianza de gobiernos "progresistas" en América Latina puede impulsar la integración. EFECOM
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