El 50 por ciento de los empresarios españoles cree que es necesario fijar una fecha determinada en la que el Rey Juan Carlos I traspase la Corona a su hijo, el príncipe Felipe, según la encuesta elaborada por Sigma Dos para elEconomista.
Algo más del 10 por ciento de los encuestados prefería esperar al fallecimiento del monarca para pasar la Corona a su sucesor; una cuarta parte estimó que ese traspaso se debía realizar en vida sólo si el Rey quedase imposibilitado para gobernar por algún tipo de enfermedad y un 50 por ciento exacto se decantó por la abdicación del Rey cuando éste cumpliera una determinada edad.
No se trataba de pedir la cesión inmediata de su lugar en favor del Príncipe, sino de aclarar hasta qué momento vital se puede considerar idóneo que Don Juan Carlos deje el lugar de Jefe del Estado en favor del Príncipe de Asturias.
Modelo territorial
En cualquier caso, la apuesta de los empresarios en favor de la monarquía constitucional como sistema idóneo para el futuro de España quedó muy clara en la encuesta. Casi las tres cuartas partes de los consultados se mostraron a favor de ese tipo de Gobierno, frente a poco más del 19 por ciento que reclamaba un sistema republicano.
En cuanto al modelo territorial, esa figura del Rey como Jefe de Estado concuerda perfectamente con el 67,3 por ciento de los empresarios que apostaban por el sistema autonómico frente a otros tipos de estructura estatal. De nuevo, sólo un 18 por ciento del empresariado optaba por un sistema federal, muy cerca del 14 por ciento que no quiso contestar a esta delicada pregunta.
El respaldo de los empresarios a la figura del Don Juan Carlos queda patente también en que una fuerte mayoría superior al 82 por ciento de los consultados admite el gran beneficio que tuvo el papel del Rey en la Transición. Su apuesta por un Estado de Derecho español donde las reglas democráticas y la Constitución fueran la base de la convivencia caló de forma profunda en el tejido empresarial. Apenas un residual 1,8 por ciento no lo vio así. En la etapa democrática se mantiene un apoyo mayoritario de una envergadura similar sobre la figura del Monarca.