Economía

OCDE recomienda a América Latina que potencie reforma fiscal

Santiago de Chile, 7 nov (EFECOM).- Los gobiernos latinoamericanos necesitan aumentar la confianza de los ciudadanos en sus políticas fiscales para afianzar la democracia y evitar la radicalización de los electores, señala un informe de la OCDE.

En su primer informe sobre las perspectivas económicas de América Latina, esta organización señala que la democracia se extiende a lo largo de la región y gana fuerza, apoyándose en parte en las mejoras de las políticas fiscales y en la reforma de los sistemas de pensiones.

La inversión extranjera directa, agrega, es "sólida", al tiempo que el "desarrollo acelerado" del sector de las telecomunicaciones debería contribuir a elevar tanto la productividad como el nivel de vida de muchas personas.

Pese a este avance, advierte el informe, la persistencia de altos niveles de pobreza y desigualdad siguen encabezando la lista de los grandes problemas que afronta la región, en la que es vital impulsar la "legitimidad fiscal", es decir, la confianza que los ciudadanos depositan en la política fiscal de su gobierno.

Esta legitimidad fiscal, precisa el informe, presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en Santiago de Chile con motivo de la Cumbre Iberoamericana, es "muy importante para la legitimidad democrática".

"Muchos países en América Latina", dice, "experimentan un círculo vicioso en el cual la falta de calidad en la política fiscal obstaculiza la generación de ingresos fiscales y la eficacia del gasto público, con lo que se debilita la legitimidad fiscal y democrática, socavando a su vez la propia calidad de la política fiscal".

El informe pone como ejemplo los casos de Brasil y México. El primero "recauda y gasta mucho", mientras que el segundo "recauda y gasta poco", pero ninguno muestra un buen balance en términos de calidad fiscal.

La OCDE reconoce que se han producido avances en la política fiscal, pero precisa que ésta todavía es "regresiva" en muchos países debido a que "las familias más ricas" reciben la mayor parte de los beneficios del sistema.

La base tributaria es pequeña en muchos países, debido a la economía informal, cuyo tamaño en la región es "elevado y creciente", ya que en 2003 representaba, en promedio, el 43 por ciento del Producto Interior Bruto, si bien con diferencias considerables entre un país y otro.

Chile, por ejemplo, presenta un nivel de informalidad del 21 por ciento del PIB, frente al 68 por ciento de Bolivia.

La reforma de las pensiones, cuyos fondos administraban a finales de 2006 unos activos por valor de 390.000 millones de dólares, también es un requisito que propone la OCDE para ofrecer una fuente fiable de ingresos que cubra el retiro de segmentos de población cada vez más amplios.

La OCDE aboga, además, por una regulación segura y una estabilidad legal en las políticas de infraestructuras, ya que las frecuentes renegociaciones de los contratos de concesión debilitan la confianza del inversor.

La competencia asiática de las grandes potencias emergentes, como China e India, es vista por la OCDE como una amenaza y como una oportunidad.

La amenaza deriva básicamente del hecho de que los dos motores más importantes de la economía latinoamericana, México y Brasil, están perdiendo terreno frente a sus competidores asiáticos.

Durante la última década, China y la India han venido alcanzando tasas de crecimiento próximas a 9 y 7 puntos porcentuales, respectivamente, mientras que México apenas creció al 3,5 por ciento y Brasil lo hacía al 2,5 durante el mismo período.

La positiva es que el rápido crecimiento de China e India está abriendo importantes oportunidades de exportación para los países latinoamericanos, aunque la OCDE recomienda que las exportaciones no se limiten a las materias primas.

La OCDE también llama a trabajar en la superación de la brecha en las telecomunicaciones, un sector que entre 1990 y 2003 recibió inversiones exteriores directas por valor de 109.800 millones de dólares, la mayor parte destinadas a transacciones de privatización.

Sin embargo, precisa, el éxito agregado de América Latina al alcanzar el nivel medio mundial de densidad telefónica oculta un panorama diverso entre los países de la región.

Chile y Argentina se encuentran muy avanzados, con 90 y 82 líneas telefónicas por cada 100 habitantes, respectivamente, mientras en el extremo opuesto Haití y Cuba aún están por despegar en términos de acceso y desarrollo telefónicos. EFECOM

nr/jma

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