Economía

Caramanlis, un centrista hábil que promete realizar reformas en Grecia

Llegado al poder en marzo de 2004, el jefe de Nueva Democracia (ND, derecha), de 51 años, es 'un personaje un poco atípico en el paisaje político griego', marcado por violentas luchas ideológicas, señala un diplomático europeo.

ATENAS (Thomson Financial) - El primer ministro conservador griego, Costas Caramanlis, vencedor de las elecciones legislativas de este domingo en Grecia, se ha dedicado desde 2004 a gobernar desde el centro.

'Es un moderado de verdad, un centrista que evita la confrontación, no hiere susceptibilidades, no pasa nunca a la fuerza', subraya.

Los incendios de este verano (boreal), que causaron 66 muertos, lo amenazaban con echar a perder su popularidad, incitándolo a multiplicar las apariciones en público y los gestos con las víctimas.

Aun a riesgo de verse acusado de ligereza en la gestión de los asuntos del país, se mostró con frecuencia poco dado a las tomas de posición públicas, retraído en los grandes temas nacionales, evitó entrar de frente en los conflictos que agitan periódicamente el mundo político griego, prefirió poner a los hombres de su gobierno en primera línea.

Desde 2004, su popularidad en los sondeos ante su rival del Pasok (socialista), Georges Papandreu, sigue firme, aunque se haya producido un desgaste estos últimos meses como consecuencia de escándalos político-financieros que salpicaron a su gobierno y posteriormente de los incendios.

Seguro de su ventaja, había optado por convocar elecciones anticipadas el 16 de septiembre (en lugar de marzo de 2008) en nombre de la necesidad de hacer importantes reformas económicas y sociales.

Elegido en 1997 presidente de Nueva Democracia gracias a su apellido, el de su tío Constantin Caramanlis, figura de la derecha griega que fue primer ministro varias veces y luego presidente de la República, Costas heredó un partido muy debilitado y desgarrado por una guerra de clanes recurrente.

A fuerza de apertura a todas las tendencias y gracias a su capacidad de encajar golpes, de su campo y de la izquierda, este abogado de formación, conocedor de los entresijos del aparato, ha logrado reinstaurar la unidad de ND.

Para imponerse al Pasok, en el poder de 1981 a 1989 y de 1993 a 2004, optó por disputarle el centro, en ruptura con la derecha dura representada por su predecesor, Miltiadis Evert.

Esta inflexión hacia un liberalismo matizado, con preocupaciones sociales, le ha permitido implantar su partido entre el electorado popular y agrícola.

Al término de su primer mandato, puede vanagloriarse de sus buenos resultados económicos: un índice de crecimiento superior al 4%, un déficit reducido al 2,6% en 2006 (5,5% en 2005) y un índice de desempleo a la baja (alrededor del 8%).

Pero desde su llegada al frente del Gobierno, no ha dejado de aplazar las reformas económicas de fondo, en particular jubilaciones, socialmente explosiva, reclamada por la UE y las grandes instituciones internacionales.

Durante la campaña electoral, prometió romper con esta espera y dejó clara su determinación a 'hacer avanzar al país'.

Elegido con la promesa de 'tolerancia cero' contra la corrupción, endémica en el país, no ha tomado ninguna medida de envergadura en este tema desde 2004.

'Ese es posiblemente su mayor fracaso: no haber ganado la batalla de la moral, cuando los griegos le habían conferido claramente este mandato después de los años de Estado Pasok', sugiere el mismo diplomático.

tfn.europemadrid@thomson.com

AFP/jr

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