BRUSELAS (Thomson Financial) - Por Yacine Le Forestier
La economía europea, que creía haber recuperado el camino de un crecimiento fuerte, percibe un horizonte más oscuro a raíz de los nuevos récords del euro, el precio del petróleo por las nubes y el impacto de la corrección en los mercados financieros mundiales.
El jueves, el barril de oro negro volvió a superar por segundo día consecutivo el umbral de los 80 dólares en Nueva York, algo que parecía inconcebible desde inicios de la década. Su precio se triplicó en sólo cuatro años.
La moneda única, lanzada en 1999 a unos 1,17 dólares, superó al mismo tiempo por primera vez la barrera de los 1,39 dólares y roza los 1,40, a raíz de la debilitada salud de la economía estadounidense tras la crisis hipotecaria y bancaria del verano boreal.
Hasta cierto punto, la apreciación de la moneda única europea permite paradójicamente amortizar el golpe del alza de los costes energéticos en la zona euro.
'Los efectos del alza del petróleo se ven parcialmente compensados por la apreciación del euro, porque compramos nuestras materias primas en dólares', subrayó Nicolas Bouzou, economista de la consultora Asteres.
Pero esta protección sigue siendo 'muy parcial', señaló, y la tendencia general de las tarifas de la energía desde hace varios años sigue muy orientada al alza.
Los exportadores europeos son los más castigados porque sus productos se venden menos (porque producirlos es más caro) que aquellos llegados de la zona dólar en los mercados mundiales.
Francia, más afectada que Alemania porque es menos competitiva, da la señal de alarma desde hace varios meses.
Esto 'plantea un problema para el comercio exterior (...) pesa sobre los déficit, pesa sobre el crecimiento', declaró el ministro francés de Presupuesto, Eric Woerth.
La Comisión Europea rebajó esta semana de 2,4% a 1,9% su previsión de crecimiento 2007 para Francia, mientras que sólo la rectificó de forma marginal para el conjunto de los 13 países que integran la eurozona, de 2,6% a 2,5%, tras un alza del PIB de 2,7% en 2006.
Incluso en Alemania, campeón mundial de las exportaciones gracias al renovado vigor de su industria reestructurada, crece la preocupación.
Uno de los principales consejeros económicos del gobierno, Peter Bofinger, llamó a los países europeos a intervenir en los mercados de cambio para frenar el alza vertiginosa del euro, en el diario Berliner Zeitung del jueves.
'El gobierno alemán debería apoyar al presidente francés Nicolas Sarkozy, que ya se expresó a favor de estas intervenciones', dijo. 'En esta situación, todo lo que es un inconveniente para las exportaciones constituye un problema (para Alemania), y un euro que sigue subiendo es parte de eso', dijo.
Los ministros de Finanzas de la zona euro reunidos el viernes en Oporto indicaron que vigilan 'muy de cerca' la situación del mercado de cambios, en momentos en que la moneda única bate récords frente al dólar.
'Vigilamos muy de cerca las evoluciones' del mercado de cambios, dijo el presidente del Eurogrupo (foro de ministros de Finanzas de la zona de la moneda única), el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker.
No obstante, Juncker señaló que 'estaba más preocupado en la época en la que el euro era demasiado débil'.
'Podíamos sobrevivir a una apreciación del euro cuando nos apoyábamos en un crecimiento de la demanda internacional muy vigorosa', subrayó Veronique Riches Flores, economista del banco francés Societe Generale.
'Una desaceleración de la demanda y la apreciación de la tasas de cambio es el peor de los escenarios', añadió.
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AFP/rmr
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