
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, ha comparecido hoy y ha dado muy pocas pistas sobre si subirá o mantendrá los tipos de interés en su reunión de septiembre. Pero ha dejado abierta la puerta a un mantenimiento de los tipos al afirmar que la decisión no está todavía tomada.
Trichet ha dado hoy un discurso en la 22 edición de la conferencia anual de Asociación Económica Europea, que se celebraba en Budapest (Hungría). Se trataba de su primera comparecencia desde que el BCE inyectara más de 251.365 millones de euros adicionales en los mercados para paliar los efectos de la falta de liquidez generada por la crisis hipotecaria y crediticia en Estados Unidos, que ha afectado seriamente a varios bancos europeos.
El banquero francés ha rechazado hacer una valoración respecto a si la situación de los mercados financieros está dañando la economía europea, aunque considera que estamos ante una "favorable evolución del crecimiento".
"Las principales reformas estructurales no son fáciles de llevar a cabo, pero hay hoy una oportunidad única en Europa y la zona euro para aprovechar de las favorables evoluciones del crecimiento", ha señalado Trichet en su comparecencia.
El presidente del BCE ha querido dejar claro que la entidad está "valorando los riesgos para la estabilidad de precios en el medio plazo" y que tomará su decisión en la reunión que mantendrá el consejo de gobierno del banco el 6 de septiembre y no antes.
La entidad señaló la semana pasada en un comunicado que mantenía su actitud de "fuerte vigilancia" respecto a la inflación a la que hizo mención tras su reunión de agosto. El BCE viene utilizando esta expresión para anunciar un encarecimiento del precio del dinero en la siguiente reunión, por lo que muchos analistas lo interpretaron como una señal de que subiría los tipos un cuarto de punto hasta el 4,25%, tal y como tenía previsto, y a pesar de la 'tormenta' financiera.
¿Cambio de actitud?
Trichet ha evitado hoy utiilizar esa expresión y ha reconocido que el escenario actual es muy diferente al existente en la reunión de agosto. El mercado podría interpretar esta actitud como una indicación de que en esta ocasión el BCE está indeciso sobre qué dirección tomar ante la crisis crediticia, que se ha desatado este verano fruto de la debacle de las hipotecas subprime o de riesgo en EEUU.
"Parece como si Trichet preparara a los mercados para dejar las tasas sin cambios en septiembre", señala Mark Meadows, estratega de mercado de Tempus Consulting en Washington.
"El BCE inicialmente estaba muy comprometido con subir las tasas el mes próximo, pero a la luz de la volatilidad de los mercados de acciones y de la cantidad de dinero que tuvieron que inyectar para mantener el funcionamiento del sistema en el último par de semanas, sería muy sorprendente ver que todavía apuesten por un aumento", ha agregado Meadows.