
El sector inmobiliario pierde fuelle. Es un hecho que nadie discute. Y donde más se percibe es en las zonas de mayor pujanza del negocio del ladrillo en los últimos nueve años de boom: Madrid y las provincias costeras, dos áreas que concentran tres de cada cuatro viviendas que se venden en España.
Tres signos reflejan esa ralentización: el precio de la vivienda sube cada vez menos -incluso ha bajado en la Costa del Sol-; las ventas, sobre todo de casas de segunda mano, han caído; y se tarda casi el doble que hace tres años en vender.
Se vendió poco más que en 2005
En el conjunto del país se vendieron el año pasado 955.186 viviendas, casi el 6 por ciento más que en 2005, de las que el 57 por ciento eran usadas y el 43 por ciento nuevas, según el Ministerio de Vivienda. Un 11 por ciento de esas ventas tuvieron lugar en la Comunidad de Madrid. En concreto, 108.469, sólo el 1,3 por ciento más que el año anterior.
Pero lo más significativo es que las transacciones de vivienda libre de segunda mano en la región -un 58 por ciento del total- cayeron casi el 6 por ciento en un año, casi el doble que en toda España.
Por su parte, los precios aumentaron en la Comunidad el 4,5 por ciento anual en el primer trimestre de 2007, mientras que el aumento medio nacional fue del 7,2 por ciento. Y seguirán frenándose. El Grupo i prevé que los pisos madrieños subirán el 3,3 por ciento este año y aún menos, el 1,1 por ciento, en 2008.
Desaceleración también en la costa
Las ventas también se enfrían en el litoral. Sobre todo las de pisos de segunda mano, que en el conjunto de provincias con playa disminuyeron el 3,3 por ciento en el último año.
En el arco mediterráneo -desde Huelva a Barcelona-, la caída fue algo más acusada: el 3,6 por ciento. Los descensos más pronunciados, de entre el 9,6 y el 18,9 por ciento, se dieron en Cantabria, Cádiz, Huelva, Las Palmas de Gran Canaria, Barcelona y Guipuzcoa. Los precios de la vivienda libre, sin embargo, tuvieron un alza superior a la media nacional -7,2 por ciento- en toda la costa, salvo en Cádiz, Huelva, Asturias, Santa Cruz de Tenerife, Alicante, Castellón y Guipuzcoa.
Donde más subieron, por encima del 9 por ciento, fue en los sitios que ganan atractivo como nuevos destinos del turismo residencial: A Coruña, Lugo, Pontevedra, Granada, Girona, Tarragona y Murcia.
La ralentización de la demanda de vivienda en la costa está provocando a su vez un incremento en los plazos de venta. Así, se tarda ya entre 24 y 30 meses en venderse un piso en las zonas de playa, frente a los 18 de hace tres años, según la consultora Knight Frank.
La repercusión de los escándalos urbanísticos
Pero, sin duda, la Costa del Sol, paradigma del turismo de sol y playa patrio, es la más afectada por la desaceleración. En la provincia de Málaga, la vivienda sólo se ha encarecido en el últmo año lo mismo que en Madrid (4,6 por ciento). No obstante, las ventas de pisos usados crecieron más del 10 por ciento; en cambio, las de viviendas nuevas, al contrario que en la mayoría del litoral, menguaron un 13 por ciento.
Las promociones de pisos y apartamentos turistícos son las que más se están resintiendo. En los últimos 12 meses, la oferta de este tipo de productos ha retrocedido el 6,2 por ciento, su precio medio ha bajado el 4,7 por ciento y el período de comercialización supera ya los 35 meses, según Aguirre Newman.
El director de residencial de esa consultora, Emilio Langle, admite que "la inestabilidad política y urbanística de la zona -provocada por la Operación Malaya en Marbella y otros casos de corrupción- ha tenido una lógica repercusión en este segmento de mercado, especialmente por la pérdida de confianza de los compradores extranjeros".
Los últimos datos del Banco de España así lo confirman: la inversión foránea en bienes inmuebles en España cayó el 12 por ciento en 2006, aunque en enero repuntó el 9,3 por ciento, por lo que los expertos creen en su pronta recuperación. Para Aguirre Newman, la caída de las ventas en la Costa del Sol ha sido menor a la esperada, y las previsiones de 2007 apuntan a que mejorarán tras las elecciones del 27 de mayo y a que la oferta se mantendrá y el precio final bajará poco.
En el mismo sentido se expresó recientemente el presidente de la patronal madrileña de promotores (Asprima), José Manuel Galindo, al asegurar que aún hay "oportunidades de mantener la cifra de negocio del sector en la costa".