
Francia y Alemania revisaron hoy al alza su estimación de crecimiento para 2010, a 1,4 y 1,5% del PIB (Producto Interior Bruto). Los Gobiernos de ambos países reconocen que la buena evolución de la coyuntura se mantuvo a finales de 2009, aunque decepcionó algo en Alemania, donde el optimismo es más contenido.
Del lado de Francia, el crecimiento este año será de 1,4% en vez del 0,75% proyectado hasta ahora, anunció el lunes la ministra de Economía, Christine Lagarde, durante una conferencia de prensa.
"La situación de la economía francesa mejoró a finales de 2009. Nuestras estimaciones en el inicio de 2010 también mejoraron", indicó Largarde. "Es casi una duplicación de la proyección", agregó.
El FMI (Fondo Monetario Internacional) acaba de subir también su proyección de crecimiento para Francia en 2010, estimando en se situará entre 1 y 2% del PIB, en lugar del 0,9% que preveía en su precedente estimación de octubre pasado.
Para 2009, la estimación oficial del gobierno es de -2,25%, aunque el presidente Nicolas Sarkozy indicó recientemente que la recesión podría haber sido un poco menos fuerte de los previsto, situándose entre -2% y -2,1%.
Revisión más moderada en Alemania
En cuanto a Alemania, el gobierno espera ahora un crecimiento de 1,5% en 2010, contra una previsión precedente de 1,2%, señaló el portavoz del ministerio de Finanzas alemán. "Celebramos el hecho de que la evolución de la coyuntura sea mejor" que cuando Berlín había dado a conocer en octubre pasado su anterior estimación de 1,2% de crecimiento del PIB, agregó.
Alemania sufrió en 2009 la peor recesión desde la posguerra, con una caída de 5% en su PIB.
Tras un inicio de 2009 catastrófico, la primera economía europea salió de la recesión en primavera y continuó por la buena senda hasta el tercer trimestre del año. El desempeño del cuarto trimestre, de crecimiento casi nulo según la oficina federal de estadísticas alemana, frenó el optimismo.
Para la Bundesbank, el Banco Central alemán, la recuperación económica prosiguió al fin de año, pero "su dinámica se debilitó claramente", según el informe mensual de esa institución publicado el lunes.
Esta situación responde a la caída del consumo privado, vinculado al fin de la prima al desguace para la compra de automóviles nuevos y a facturaciones más bien modestas en el comercio minorista.