Ingrid Haack
Berlín, 6 mar (EFECOM).- La canciller alemana, Angela Merkel, ha escogido el problema del clima como tema estrella de su primera cumbre como presidenta de la Unión Europea (UE), una materia que conoce desde los comienzos de su biografía política, como ministra de Medioambiente de Helmut Kohl.
Merkel espera que las diferencias puntuales que existen entre los socios en cuanto a los objetivos para la cuota obligatoria de las energías renovables no empañe la esencia de este Consejo Europeo, que es aprobar por primera vez en la historia de la UE un Plan de Acción para la Protección del Clima y la Política Energética.
Fuentes de la presidencia alemana subrayaron hoy que el objetivo es lograr que Europa asuma un papel de liderazgo en la protección del clima y conseguir que otros grandes actores internacionales se sumen al ambicioso proyecto.
Concretamente se trata de fijar el objetivo de reducir hasta 2020 las emisiones de CO2 en la UE un 20 por ciento, e incluso un 30 si otros grandes emisores, como Estados Unidos, China o India siguen el ejemplo.
La presidencia cuenta con el apoyo de todos los miembros de la UE a este objetivo, aunque reconoce que el debate sobre el reparto de las cargas por países todavía podrá prolongarse dos años.
Más problemática se plantea la fijación de objetivos concretos en lo que respecta a las renovables, un punto en el que los ministros de Exteriores no lograron ponerse de acuerdo en su reunión de ayer.
Alemania hubiera querido un compromiso obligatorio de la UE de elevar hasta 2020 al 20 por ciento la cuota de las energías renovables.
Algunos países, en cambio, como Francia como gran productor de energía nuclear, no ven necesidad de vincular el objetivo de reducción de emisiones con una cuota para las renovables.
"De facto no hay alternativa a un amplio aumento de la cuota de las energías renovables", subrayó, sin embargo, la citada fuente.
Alemania quiere que se entienda que una mayor explotación de las energías renovables tiene ventajas económicas y tecnológicas, lo que la canciller resumió recientemente en la frase que hay que "reconciliar la economía con la ecología".
Una vez adoptado un Plan de Acción en la UE, Berlín se ha propuesto llevarlo a su próxima cita internacional, la cumbre de los jefes de Estado y gobierno del G-8, grupo que también preside actualmente Alemania.
Será en la cumbre de Heiligendamm donde Merkel podrá luchar por el apoyo de grandes emisores como Estados Unidos, miembro del G8 o de China e India, dos de los cinco países emergentes invitados a asistir.
Durante la cena de la primera jornada del Consejo, los jefes de gobierno y Estado abordarán otro de los grandes capítulos de la presidencia alemana, la reactivación del proceso constitucional.
La presidencia presentará sus ideas para el texto de la llamada Declaración de Berlín, que se aprobará en la cumbre extraordinaria de los próximos 24 y 25 de marzo en berlín, con motivo del 50 aniversario de los tratados de Roma y que espera sirva de punto de partida para relanzar la paralizada Constitución.
Berlín espera obtener un mandato de sus socios para elaborar el texto de esta declaración y, según explicaron las citadas fuentes, no habrá un borrador previo, ni tampoco un debate multilateral, ya que la presidencia tiene previsto desarrollarlo sola.
Un portavoz señaló que la Declaración de Berlín será un texto atípico, pues no estará redactado en la tradicional "jerga de Bruselas" sino en un "lenguaje para el ciudadano" y reveló que no lo redactará un funcionario europeo, sino alguna personalidad que no quiso concretar, pues se trata de "uno de los secretos mejor guardados". EFECOM
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