El ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, desempolvó el término recesión y los mercados se fueron al traste, lo que demuestra que su influencia sigue siendo manifiesta aunque ya no lleve el timón de la política monetaria de EEUU. Pero, ¿son siempre acertadas sus previsones? La historia demuestra que el maestro también se equivoca...
"Greenspan nunca fue un buen augur. Con la excepción de su pronóstico de que el crecimiento de la productividad se aceleraría en las postrimerías de los años noventa, su historial intuitivo ha sido pésimo", comenta Caroline Baum, columnista de Bloomberg.
Greenspan presidó la Fed durante 18 años en los que se ganó el respeto y la admiración de Wall Street y la comunidad financiera internacional. Son muchos los seguidores convencidos de que pasará a la historia como el mejor presidente de la Reserva Federal que ha tenido Estados Unidos.
La burbuja de las 'puntocom'
Baum señala que Greenspan restó importancia a las predicciones de que habría recesión a finales de 1990, aunque la economía ya se estaba contrayendo; y que "tampoco atinó a reconocer que las compañías estaban en aprietos en 2000 hasta que sus 'fuentes' -los jefes ejecutivos del sector tecnológico- le dijeron que tenían suficiente cable de fibra óptica para llegar a la Luna y volver, y nadie que lo comprara".
Sus detractores le critican el manejo displicente que hizo durante la crisis de las empresas puntocom el año 2000 y su similar postura más recientemente frente a la eventual burbuja inmobiliaria que afectaría a Estados Unidos.
La columnista de Bloomberg destaca que los márgenes de ganancias de las empresas, que llegaron a su apogeo en el tercer trimestre de 1997 y se desplomaban en el 2000 no parecieron preocupar a Greenspan entonces como lo hacen ahora. El ex presidente de la Fed comentó el lunes que la estabilización actual de los márgenes de ganancias era "un indicio temprano de que nos hallamos en las últimas etapas de un ciclo".
La especialista también destaca como un punto negro en las prediciones de Greenspan el hecho de que llevara a cabo una campaña de combate de la inflación durante la presidencia de Gerald R.Ford en 1974, en lo que resultó ser una de las más largas y profundas recesiones tras la Segunda Guerra Mundial.
A su favor, Greenspan tiene su postura incrédula respecto a las previsiones y la poca fe en los modelos económicos en las que se basan.