Economía

Frenazo a las fusiones empresariales en Italia

La crisis llega en plena recuperación económica y con operaciones como Abertis-Autostrade abiertas

Eran muchos los enemigos económicos de Romano Prodi. Con la patronal empresarial, Confindustria, la ley de Presupuestos causó una confrontación violenta. También hubo desencuentros con el grupo Benetton por el rechazo a la fusión Abertis-Autostrade. Y desde los taxistas a los farmacéuticos, desde los abogados a los gasolineros, casi toda Italia se indignó con la subida de impuestos que aplicó Il Professore.

El Gobierno Prodi se movía en un contexto frágil. Sin embargo, la economía siguió caminando por el sendero justo. Gracias a un contexto europeo significativamente mejor, las empresas italianas aumentaron sus ventas, llegó la recuperación y bajó el déficit público. Y el frenazo económico, que parecía a punto de surgir a causa del aumento del IVA en Alemania y de la subida de impuestos, parece haberse alejado.

Desconcierto

La crisis que ha abierto la dimisión de su Gobierno se esperaba. Pero, ¿y ahora? "¿Qué vamos hacer ahora?", se pregunta un banquero. "¿Un Prodi bis? ¿Un Gobierno técnico? ¿Elecciones anticipadas con esta ley electoral inservible? Cualquier solución es mala", concluye.

Pero uno de los mayores interrogantes es qué pasará con las numerosas y delicadas partidas empresariales abiertas que ahora quedan paralizadas. El elenco es impresionante: en estas semanas, debería decidirse el futuro de Alitalia, que sigue siendo la mayor compañía aérea de Italia. Pirelli está negociando con la española Telefónica una cuota minoritaria de Telecom. Y no está resuelta la querella con Autostrade sobre las tarifas, mientras vuelve a estar de moda el acuerdo con Abertis.

La cumbre hispano-italiana que se celebró en Ibiza el pasado martes clarificó el caso y, en teoría, la operación de fusión podría ponerse de nuevo en marcha. Sin embargo, el optimismo que reinaba hace unos días podría derrumbarse fácilmente. Y es que, en ausencia de un consenso político claro y de un interlocutor en plenitud de sus funciones, difícilmente los españoles se embarcarían de nuevo en la aventura italiana.

Telecom-Telefónica

También en Ibiza, Prodi se refirió, en presencia de José Luis Rodríguez Zapatero, al proyecto Telefónica-Telecom, para decir que el caso no estaba cerrado. El primer ministro comparte la idea de que el negocio telefónico debe resguardarse en manos italianas y, por ello, aunque el plan había sido considerado equivocado en las formas, el problema sigue en pie.

Más incierto es todavía, si cabe, el destino de Alitalia. En el caso de esta compañía, está previsto que el procedimiento de privatización del 30,1 por ciento pueda concluir a mediados de junio. Además de una cifra considerable, lo que el Gobierno pide es un plan industrial que relance la compañía, porque, de lo contrario, la cura podría ser peor que la enfermedad que sufre.

Alitalia era y sigue siendo una operación simbólica para Prodi, que ha efectuado privatizaciones desde que ganó las elecciones.

Otra gran pregunta es si corre riesgos la recuperación económica de Italia. "Creo que no. Las empresas no dejarán de exportar porque haya una crisis de Gobierno. Es verdad que, si se arrastrase el proceso reformador puesto en marcha, se tardaría más en conseguir esa consolidación estructural que la recuperación necesita para afianzarse", explica Luigi Spaventa, economista y ex presidente de la Consob. Pero lo cierto es que la imagen del país se ha vuelto a ver dañada.

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