El fabricante de automóviles estadounidense registró entre el 10 de julio y el 30 de septiembre unas pérdidas netas de 1.200 millones de dólares, frente a los números rojos de 2.500 millones de dólares del tercer trimestre de 2008.
El fabricante automovilístico diferenció entre los resultados de 'la Vieja GM' (que existió hasta el 9 de julio) y los de la General Motors creada el 10 de julio tras la salida de la quiebra.
Una nueva GM
Así, los ingresos netos de la nueva GM ascendieron a 26.352 millones de dólares en el periodo transcurrido después de que la compañía emergiera del proceso de suspensión de pagos, que finalizó el pasado 10 de julio. El resultado neto de explotación (EBIT) ajustado se situó en 261 millones de dólares. La deuda total de la compañía ascendía a 30 de septiembre a 17.000 millones de dólares.
El consejero delegado de la compañía, Fritz Henderson, expresó su moderado optimismo con los resultados, que según explicó no se ajustan a los estándares contables de Estados Unidos, aunque los calificó como "resultados de gestión preliminares".
"Tenemos más trabajo que hacer pero los resultados de hoy son prueba de los sólidos cimientos que estamos construyendo para la nueva General Motors", dijo Henderson a través de un comunicado.
La compañía prevé cerrar el año con un flujo de caja negativo. Según expone en su comunicado, esto se debe principalmente a la compra de activos de Delphi, a la reestructuración que está llevando a cabo y a la devolución de los préstamos que recibió de Estados Unidos, Canadá y de Alemania.
Además, General Motors ha anunciado que comenzará a pagar las ayudas recibidas por el gobierno en diciembre, tal y como había adelantado The Wall Street Journal.