Las exportaciones de Alemania han vuelto a despegar y las libretas de pedidos industriales vuelven a llenarse, pero el espectro de la escasez del crédito y de la desocupación masiva amenazan la reactivación de la principal economía europea.
Según las últimas cifras oficiales publicadas el viernes, las exportaciones alcanzaron en junio su mayor incremento en tres años y su excedente comercial se situó a niveles más altos de los esperados, lo cual confirma que el motor de la mayor economía de la Unión Europea se ha puesto otra vez en marcha.
Las exportaciones alemanas registraron en junio un alza del 7% (en datos corregidos de las variaciones estacionales), mientras que las importaciones aumentaron un 6,7%, detalló la Oficina federal de estadística (Destatis).
Se reactiva la industria
Además, la venta de vehículos nuevos tuvo un fuerte repunte de 30% en julio, gracias en gran medida a alicientes estatales, informó el martes la federación de fabricantes del sector (VDA).
Estos datos de buen augurio para un país que sigue siendo el primer exportador mundial, aunque seguido muy de cerca por China, llegan al día siguiente del anuncio del alza del 4% en los pedidos industriales registrada en junio, cifra que sobrepasa todas las previsiones.
La producción industrial, que retrocedió un 0,1% en junio, llama a la prudencia, si bien Jennifer Mckeown, economista de Capital Economics, explica que "en el segundo trimestre, la producción sólo bajó un 0,8%, contra una caída del 18% en el primer trimestre".
Sin embargo, impera la prudencia, ya que aun hay muchas incógnitas. El ministro de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg, se muestra comedido y afirma que "se ha encendido la luz de la esperanza".
Amenazas sobre la reactivación
Martin Lück, analista de UBS, se pregunta si la economía podrá resistir el fin de los programas de recuperación y sobre todo de las estrategias de incitación a la compra de automóviles, un producto estrella del "made in Germany".
Otra incógnita es el comportamiento de los bancos: el ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück y la gran organización patronal de la industria (BDI) están inquietos ante la escasez de crédito. La última gran amenaza para la economía alemana es el desempleo masivo. El instituto de investigación DIW prevé un aumento de un millón de desocupados para el año que viene.
Por ahora, el gobierno alemán, en plena campaña electoral para las legislativas de septiembre, se cuida de fanfarronear demasiado. Su previsión sigue siendo de una recesión de más del 6% este año.