Economía

Jeffrey Sachs: "Si no actuamos, el cambio climático traerá la extinción de la humanidad"

Jeffrey Sachs, experto en el calentamiento global. Foto: Archivo
Odia la expresión terapia de choque, pero fue quien la hizo famosa. Jeffrey Sachs, de 52 años, ha sido elegido dos veces por el semanario Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo. Muy pocos han repetido.

Asesor de varios gobiernos latinoamericanos, este antiguo profesor de Harvard actualmente asesora al secretario general de la ONU.

Experto en los problemas que acucian al Tercer Mundo, ha publicado numerosos libros entre los que se encuentra 'El fin de la pobreza', bestseller en EEUU, en el que plantea proporcionar ayudas financieras a los 1.000 millones de pobres del planeta. Además, es experto en los graves efectos del calentamiento global.

P Hace unos meses Nicolas Stern, ex asesor económico de Blair, describió las dramáticas consecuencias del calentamiento global y avisó de un hundimiento del PIB global de hasta un 20 por ciento de aquí al año 2050. ¿Cómo lo ve usted?

R Que nos encontramos ante una terrible catástrofe, es una afirmación correcta. Pero es difícil prever su extensión y su ritmo de desarrollo. El clima es un sistema muy complejo. Tampoco es decisivo si perderemos un 10 o más de un 20 por ciento del PIB. Sea de una manera o de otra, lo pagaremos muy caro, cuando se puede evitar con un esfuerzo relativamente moderado.

P ¿Moderado?

R Según mis cálculos, debemos reunir un porcentaje de los ingresos mundiales para solucionar el problema del calentamiento global. La verdadera tragedia sería que no actuáramos, pues no cuesta nada evitar la extinción literal de la civilización humana.

P Pero en su país, Estados Unidos, no se ve de forma tan dramática…

R En Estados Unidos se le presta menos atención al cambio climático que en Europa. Esta actitud sólo cambia con catástrofes como la del huracán Katrina. Esto demuestra la irresponsabilidad de mi país, donde vive sólo un 5 por ciento de la población, pero que emite un 25 por ciento del CO2 global.

P A lo largo de su carrera ha trabajado en todo el mundo con muchos políticos de muchos quilates. ¿Le escucha el presidente Bush?

R En su Gobierno, todo se pospone. Durante mucho tiempo, Bush afirmó que los conocimientos científicos no demuestran el calentamiento global, pese a que todos los informes que tenía encima de su mesa afirmaban lo contrario. Ahora, quiere frenar las emisiones con medidas voluntarias. Pero eso es una patraña. No se puede reconocer ningún tipo de urgencia en la Administración relativa a este tema. La opinión pública norteamericana queda en la sombra.

P ¿No cambia con la victoria de los demócratas en el Congreso?

R Los dos partidos van a acometer nuevas iniciativas, pero serán torpedeadas por Bush. Su desprecio por las ciencias es notorio. Y no sólo por la investigación climática, también por otras disciplinas como la teoría de la evolución. Con las presidenciales vendrán cambios, acceda quien acceda al poder.

P ¿En qué sentido?

R La actitud de Bush es tan extrema que no tiene posibilidad ninguna, ni siquiera dentro del Partido Republicano. El candidato a la presidencia republicana John McCain es uno de los críticos más sinceros con la actual política climática. En 2003 exigió en el proyecto McCain-Lieberman la limitación de las emisiones. El Senado rechazó la propuesta, pero fue un éxito moral.

P No obstante, este 'shock' disminuirá con el tiempo. En 2006 pocos huracanes azotaron el planeta, contra todo pronóstico...

R De hecho algunos utilizan esto como argumento contra el efecto invernadero y demuestran con ello qué poca idea tienen.

P Pero también ha habido antes huracanes muy potentes...

R Es cierto. Pero si se observan con mayor detalle los datos más recientes, se puede constatar una mayor actividad de huracanes debido a un incremento de las temperaturas marinas en el Atlántico.

P Los críticos, como el consorcio petrolero Exxon Mobil, afirman que los motivos del calentamiento global son inciertos. Según ellos, en los pasados 3.000 años dominaron temperaturas cinco veces más altas que las actuales durante mucho tiempo. ¿Podría ser el calentamiento un fenómeno natural?

R Hace mucho que no hablo con un científico que afirme tal cosa y, ciertamente, conozco a muchos. Numerosas investigaciones demuestran que desde hace algún tiempo el incremento de las temperaturas y el incremento de las emisiones de CO2 van de la mano.

P Los escépticos dicen que hace millones de años ya había en la tierra una concentración de CO2 seis veces más alta que hoy...

R ¿Y eso qué quiere decir? Hace cientos de millones de años no había seres humanos, y mucho menos 6.500 millones de personas, que quisieran estar bien alimentados y que además desearan todos los avances de la civilización. Con el calentamiento global ponemos en juego el ecosistema global. Los alimentos y el agua potable pueden no ser ya accesibles a los hombres. Especies enteras pueden extinguirse. El nivel del mar asciende debido al deshielo, el clima cambia de manera dramática.

P La película 'Una verdad incómoda' del ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, fue un pequeño éxito de taquilla. ¿Qué importancia tiene dentro de la discusión sobre el clima?

R La película le abre a uno los ojos. En el fondo no es más que una conferencia académica. Su éxito en los cines es algo sorprendente, y una señal de progreso.

P El jefe de Gore, Bill Clinton, firmó sin duda el protocolo de Kioto en 1997, pero después no hizo lo mínimo al respecto. ¿No acusa a Bush de manera muy parcial?

R Es cierto que Clinton tiene también su culpa. Le pediría cuentas igualmente. No quiero denunciar ni a republicanos ni demócratas. Denuncio la pasividad. No obstante, Bush se equivocó al no firmar el protocolo de Kioto. Y no lo digo porque sea una cosa grandiosa. El mundo necesita una regulación, aunque tenga muchas carencias que podrían mejorar en 2012.

P ¿Qué tiene que reprocharle al protocolo de Kioto?

R China e India están también embarcadas en esto. A partir de 2009, China emitirá más CO2 que Estados Unidos. Éste no es un problema de pobres o ricos, sino de aritmética pura. Además debemos limitar los gases invernadero a largo plazo a un nivel determinado. Necesitamos un acuerdo que fije la concentración actual de CO2 de 300 partes por millón en, por ejemplo, 500 hasta 2050. Deberíamos cerrar un paquete racional de medidas.

P ¿No es demasiado cómodo dar largas a los temas duros?

R Los objetivos costosos y a corto plazo no hacen sino aumentar la resistencia dentro de los países y dar munición a los que se oponen.

P ¿Qué opina del impuesto sobre el CO2?

R Es absolutamente necesario aumentar el precio de la producción y la emisión de CO2. Existen para ello innumerables posibilidades: una subida de impuestos, el comercio de emisión como en Europa o directrices más duras por parte del Estado.

P Como economista, ¿en qué deposita más esperanzas?

R En las nuevas tecnologías. Da lo mismo si llevan a una mayor eficacia en el consumo o reducen o hacen desaparecer el CO2 en el proceso de producción de energía. Los motores híbridos para automóviles juegan un papel decisivo, así como la energía solar, eólica o atómica, y el almacenamiento de CO2 en la producción de energía.

P En 2005, creó la Mesa Redonda Global en torno al Cambio Climático, en la que participaron empresas, gobiernos y asociaciones. ¿Cuál es la reacción de las empresas norteamericanas a este tema?

R Ven el futuro de manera mucho más realista que su Gobierno. Saben que se les van a imponer limitaciones a sus emisiones. Es interesante el hecho de que los inversores presionan porque no quieren tener en depósito ninguna carga a largo plazo en el balance.

P ¿Cómo puede entonces haber un gobierno partidario de un desarrollo de la economía que no presta atención a la influencia de la industria en el calentamiento global?

R Las elecciones presidenciales de 2004 quizá expliquen esta contradicción. Bush quiso en ese momento atraerse a los estados federados del carbón, como Virginia. Naturalmente hay algunas empresas que son poco abiertas, pero sé que los directivos norteamericanos prestan gran atención a este tema.

P En los inversores, ¿cómo se presenta el efecto invernadero?

R Los inversores deben informarse con mucha exactitud si su empresa está suficientemente preparada para afrontar el problema del calentamiento global.

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