Economía

La inflación de la eurozona sigue en 'modo avión': el IPC solo repunta una décima hasta el 2,1% en agosto y deja tranquilo al BCE

  • Todo apunta a que el BCE dejará los tipos sin tocar en septiembre
  • El dato más esperanzador es el nuevo descenso en los servicios
  • Pese al consenso con septiembre, el debate sigue tenso en el BCE
Foto: iStock

La inflación de la eurozona sigue con la apacible trayectoria que viene mostrando últimamente, con lecturas ceñidas al objetivo del 2% interanual y sin los sobresaltos de épocas no tan pasadas. En agosto, el índice de precios al consumo (IPC) general de los países del euro repuntó una décima hasta el 2,1% interanual, tal y como se esperaba, según la lectura preliminar publicada este martes por Eurostat. Como 'sorpresa' inflacionaria, el más persistente y vigilado en los últimos años IPC subyacente (que en este caso excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco) registró el mismo 2,3% interanual que en julio, una décima más de lo que esperaban los economistas. Estas métricas dejan 'tranquilo' al BCE en el corto plazo, ya que apuntalan la nueva pausa del banco central en sus recortes de tipos en la reunión de septiembre que mantendrá el próximo jueves 11.

Tras una lectura preliminar de IPC de agosto inferior a la previsto en Francia, España e Italia, se preveía un dato global de la eurozona bastante 'controlado' a pesar de la sorpresa al alza en Alemania. La estimación preliminar de la inflación en la principal economía europea para agosto puso fin al proceso desinflacionario de los últimos meses. La inflación general, según la medida nacional, aumentó hasta el 2,2% interanual, desde el 2% interanual de julio, mientras que la medida europea se aceleró hasta el 2,1% interanual, desde el 1,8% interanual de junio.

En el desglose por categorías, el IPC de la energía aumentó ligeramente, pero se mantuvo negativa (pasando del -2,4% al -1,9%), mientras que el IPC de los alimentos (junto al alcohol y el tabaco) descendió ligeramente (del 3,3% al 3,2%). Pero lo más importante para el BCE es que la inflación de los servicios también bajó ligeramente, del 3,2% en julio al 3,1% en agosto, alejándose aún más del abrasador 4% en el que ha permanecido tanto tiempo. Se trata de la tasa más baja de inflación de los servicios desde marzo de 2022 y debería tranquilizar a los responsables políticos, ya que las presiones sobre los precios internos siguen disminuyendo.

"Creemos que la inflación de los servicios descenderá un poco más en los próximos meses, ya que las condiciones del mercado laboral se están relajando y los indicadores prospectivos y las encuestas empresariales apuntan a una caída de la inflación salarial", analiza tras el dato Andrew Kenningham, estratega de Capital Economics. "El pequeño aumento de la inflación general hasta el 2,1% supone una diferencia mínima para los responsables políticos del BCE, que con toda seguridad mantendrán los tipos de interés sin cambios en la reunión de la próxima semana y probablemente durante varios meses más", considera el economista.

Aunque no se preveían oscilaciones preocupantes ni un giro radical de cara a la reunión de política monetaria de septiembre, el informe de IPC publicado este martes se esperaba con cierta expectación en la medida en la que -mirando más a largo plazo- los halcones y las palomas del BCE parecen estar divididos a partes iguales, ya que los primeros no ven la necesidad de bajar los tipos por debajo del nivel neutral (2%), mientras que los segundos siguen preocupados por el incumplimiento de los objetivos de inflación, describen los analistas de ING.

A favor de las palomas está que las últimas previsiones trimestrales del BCE, publicadas en junio, recortaban tres décimas hasta el 1,6% la inflación para 2026, notablemente por debajo del objetivo del 2%. Sin embargo, en el frente halcón el mensaje no varía. Especialmente significativas han sido las declaraciones hechas en las últimas horas a Reuters de la alemana Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo.

'Batuta' intelectual de los halcones durante el ciclo de subidas de tipos del banco central, Schnabel ha vuelto a defender a capa y espada que los tipos se queden como están. "Creo que ya estamos siendo ligeramente acomodaticios y, por lo tanto, no veo motivos para una nueva bajada de tipos en la situación actual", ha justificado. "Sigo creyendo que los aranceles (de EEUU) son, en términos netos, inflacionistas", ha enfatizado, lanzando una reveladora advertencia final: "Creo que el momento en que los bancos centrales de todo el mundo empiecen a subir los tipos de interés de nuevo puede llegar antes de lo que mucha gente piensa actualmente".

"Dudamos de que los datos de hoy vayan a influir mucho en la valoración del ciclo monetario del BCE, ya que el mercado sigue descontando una bajada para el segundo trimestre del año que viene. Esto nos parece extraño, porque esperamos que el año que viene se noten los efectos del estímulo fiscal alemán y, si hay alguna posibilidad de que el BCE vuelva a bajar los tipos, creemos que será este año, no el que viene", remacha Chris Turner desde el servicio de estudios del 'banco naranja'.

En línea con esto, Gediminas Simkus, miembro del Consejo de Gobierno del BCE en calidad de gobernador del banco central lituano, ha sugerido que el eurobanco podría tener que recortar los tipos de interés en diciembre. Simkus ha afirmado que "no le sorprendería que Papá Noel viniera con unas tijeras", según ha informado el servicio de noticias de Econostream. El lituano ha añadido que es "más cierto que falso" que se avecine otra bajada de tipos y ha avanzado que es posible que los funcionarios discutan un recorte en octubre si se les presentan pruebas de un empeoramiento de la economía.

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