Economía

El país de Europa que ha logrado 'sin querer' la jornada laboral de 4 días (cobrando más que España) quiere derribarla

  • Países Bajos es el país donde menos se trabaja de la UE (32 horas a la semana)
  • Esto se ha logrado con un modelo de trabajo parcial disparado, líder en la UE
  • Los políticos quieren cambiarlo ante un resultado negativo: una brecha salarial desbocada
 

Entrar a trabajar el lunes y empezar el fin de semana el viernes tras trabajar 8 horas cada uno de los días. Esta rutina marca el día a día de la practica totalidad de los países de Occidente donde prácticamente no se concibe una opción alternativa. Durante los últimos años han surgido cada vez más voces que insisten en la necesidad de cambiar este paradigma. En España, Yolanda Díaz, la vicepresidenta de Trabajo y Economía Social es una de sus grandes valedoras, y esta ha confirmado que buscará avanzar hasta este cambio a través reducciones de la jornada laboral. Para enero de 2026 esta se reducirá a 37,5 horas a la semana. Sin embargo, hay un país en Europa donde sin ninguna negociación colectiva ni una legislación que lo busque abiertamente, han logrado este objetivo e incluso más.

Los Países Bajos es el lugar de todo el continente donde menos horas de trabajo. Concretamente, la nación neerlandesa cuenta con unas 32,1 horas semanales, según datos de Eurostat. Se trata de una cifra claramente menor que las 36,4 y 36,2 horas de España y Francia (40 horas semanales máximas). Además, en un lugar donde los ingresos son realmente altos, con un poder adquisitivo per cápita en 2024 de 68.218 frente a, por ejemplo, los 35.300 de España. Se trata del 4 más grande de la UE solo por detrás de Luxemburgo, Irlanda y Dinamarca y por delante de países muy ricos como Alemania y Suecia, según datos del Banco Mundial.

En este país se ha combinado una productividad por hora muy alta junto con una elevada proporción de personas empleadas que se ha mezclado con unas grandes particularidades históricas. Respecto a la productividad. Países Bajos es el quinto mejor país de toda Europa con 57,3 euros por hora trabajada frente a la media de 46,28 de la UE y los 42,71 de España. Todo esto ha permitido ser el país que 'menos trabaja' al tiempo que es uno de los más ricos. Sin embargo ahora, tras haber alcanzado esas cifras, desde Ámsterdam están intentando cambiar esto y aumentar el número de horas trabajas. El motivo es el particular motivo por el que alcanzaron este logro 'sin querer' y que ha terminado con otras disfunciones que quieren solucionar.

El motivo detrás de 'éxito accidental' del país que menos trabaja de Europa es que los Países Bajos ha apostado claramente, con políticas que van en esa línea, por un trabajo a tiempo parcial. Con el tiempo estas han cristalizado en que el 42% de todos los empleados trabajen en puestos de este tipo frente a la media europea del 20,5%. Se trata no solo de la más alta de la UE sino de un factor que ha marcado de forma decisiva toda su economía e incluso estructura social.

La conquista 'sin querer' de las 32 horas

La conquista de la 'semana de 4 días' se ha dado en Holanda debido a una derrota hace 50 años que tiene su eco hoy en día y que sigue cargada de problemas. En los años setenta el país era uno de los peores de Europa en igualdad en el mercado laboral. Las mujeres estaban prácticamente fuera del mismo dada la riqueza del país que había permitido a las familias mantenerse con un único salario de forma muy cómoda, al tiempo que valoraban especialmente la idea de la familia tradicional en la que la mujer monopolizase el cuidado de los hijos.

El Fondo Monetario Internacional lo explica así en el último informe sobre el país. "Históricamente, las mujeres holandesas se incorporaron al mercado laboral más tarde que en otros países, pero lo hicieron rápidamente y a gran escala. Dada la riqueza del país, una vida cómoda no requería dos ingresos en un hogar". Desde Harvard comenta que el motivo de la falta de integración de la mujer es incluso más antiguo y hay que buscarlo en las guerras mundiales. "En la primera fue una nación neutral por lo que las mujeres no tuvieron que sustituir a los hombres en la fábrica como pasó en otros países ante la escasez de mano de obra durante el conflicto años posteriores. Al final de la segunda guerra mundial se optó por traer trabajadores migrantes de España, Marruecos y Turquía, por lo que la mujer nunca tuvo una tradición de trabar.

El FMI explica que en la segunda mitad del siglo 20 se empezó a intentar cambiar esto. "Si bien los incentivos fiscales se centraron en permitir que las mujeres se quedaran en casa con los niños hasta la década de 1980, se hicieron esfuerzos para incorporar a las mujeres a la fuerza laboral y garantizar que los derechos de los trabajadores a tiempo parcial fueran comparables a los de los trabajadores a tiempo completo a partir de finales de la década de 1980".

Holanda permite reducir horas trabajadas sin riesgo de despidos y las empresas se enamoraron de la idea

Cuando se dieron cuenta de la asimetría con sus vecinos buscaron un camino diferente para introducir a la mujer al mercado laboral sin romper el modelo de familia tradicional. Lo que hicieron fue realizar unas agresivas reformas legales que fomentasen abiertamente los trabajos parciales para que toda esa nueva oferta laboral pudiese entrar de forma ordenada al tiempo que seguía manteniendo los cuidados del hogar. En resumen, que nadie tuviera que renunciar a un empleo pero se mantuviese todo el sistema que imperaba en el país.

Entre las reformas más importantes está la ley de igualdad de 1996 que prohibía discriminar entre tiempo parcial y completo recibiendo las mismas cotizaciones, acceso a pensiones, mismo salarios por hora, mismas vacaciones y manteniendo todos los derechos. En el año 2000 cerró completamente el sistema con una ley de ajuste horario laboral que permite reducir o ampliar horas en tu trabajo sin riesgo de perder el puesto. A todo esto se le fueron sumando parcialmente políticas de conciliación como desgravaciones, guarderías subvencionadas… etc.

Desde el FMI explican que esto dio lugar a una cultura laboral flexible que impera en el país. De hecho desde EURES indican que las propias empresas se vieron totalmente seducidas por los beneficios que daba contratar trabajadores parciales con el mismo marco legal que trabajadores a tiempo completo. "El trabajo flexible era menos arriesgado para los empleadores".

Tras la crisis, el trabajo flexible se convirtió en un tipo de contrato normal. Hoy en día, es muy habitual empezar un trabajo de forma temporal, lo que proporciona tanto al empleado como al empleador un plazo más largo para demostrar sus competencias". En ese sentido "los empleadores están más dispuestos a contratar personal nuevo y temporal, ya que pueden despedirlo sin consecuencias si es necesario. A los jóvenes a menudo les gusta la oportunidad de trabajar de forma flexible y adquirir experiencia en diferentes lugares de trabajo.

Pero han generado un brecha salarial disparada

Sin embargo, esta cultura que se implantó casi por accidente ha tenido un gran problema que ahora quiere solucionarse: una brecha salarial disparada incluso hoy en día. En Países Bajos las mujeres tienen unos ingresos un 40% menores que la de los hombres dado que siguen monopolizando los trabajos a tiempo parcial con el 60% de ellas realizando estos trabajos frente al 25% de los hombres que, en su gran mayoría, optan por puestos de trabajo convencionales.

La institución comenta que "durante las décadas siguientes (a que empezase el giro hacia la flexibilidad), la participación femenina en la fuerza laboral y las tasas de empleo crecieron notablemente, en particular entre las mujeres que obtenían un segundo ingreso en un hogar, mientras que el empleo masculino aumentó solo modestamente. Para 2014, los Países Bajos tenían una de las tasas de empleo más altas para las mujeres dentro de los países de la OCDE". El precio que reconoce la misma es que "da lugar a un desequilibrio y una mala asignación del capital humano, lo que resulta en brechas de género en los ingresos, la acumulación de riqueza y las pensiones, así como una progresión más lenta a puestos de gestión".

Además, la institución indica que los Países Bajos es uno de los lugares donde la maternidad tiene un impacto laboral más negativo que otros países. "Tener hijos (siendo mujer) impone importantes penalizaciones salariales, ya que los ingresos de las madres tienden a ser aproximadamente un 46% menores a la trayectoria previa al nacimiento, mientras que los ingresos de los padres tienden a no verse afectados por el nacimiento de un hijo".

"Cuando un trabajador holandés aumenta las horas trabajadas para lograr un empleo a tiempo completo, sus tasas impositivas efectivas aumentan más que en muchos otros países de UE".

De hecho toda la armadura 'legal' que llevó a ser el país que menos trabaja de Europa está jugando en contra en los esfuerzos por cambiar esta realidad. "La complejidad del sistema de impuestos y prestaciones puede contribuir ya que muchas personas no aumentan sus horas trabajadas temiendo que esto les quite prestaciones que suelen estar vinculadas a las horas trabajadas y el nivel de ingresos", comenta el FMI.

Desde Ámsterdam han cambiado leyes para fomentar con esas mismas exenciones impositivas que cada vez más personas aumenten su jornada laboral, pero no es fácil deshacer un sistema que lleva operando décadas. Desde el FMI explican que "cuando un trabajador holandés aumenta las horas trabajadas para lograr un empleo a tiempo completo, sus tasas impositivas efectivas aumentan más que en muchos otros países de UE".

Wieteke Graven exsocia de Mckinsey y fundadora de Het Potentieel Pakken (HPP), una fundación cuya misión es optimizar el potencial sin explotar del mercado laboral neerlandés, comentaba en la revista de Harvard que no es buena idea aumentar el número de horas trabajadas atacando la parcialidad y que, de hecho, el problema puede solucionarse. "La escasez de mano de obra en sectores dominados por mujeres como la Sanidad, la educación o el cuidado infantil está aumentando por lo que se demandarán más empleos. Entonces hay que potenciar que las mujeres que dominan estos sectores aumenten las horas de trabajo en estos sectores".

En cualquier caso, la experta reconoce que se trata de una labor complicada porque "En los Países Bajos, vivimos en una situación privilegiada donde trabajar más horas es una opción. Por ejemplo, en Estados Unidos, trabajar a tiempo completo o en dos empleos puede ser económicamente necesario para poder pagar las cuentas. Así, el modelo de "un ingreso y medio", donde el esposo trabaja a tiempo completo y la esposa a tiempo parcial, sigue siendo bastante popular para la mayoría de las parejas en los Países Bajos". En resumen, trabajar más es solo "económicamente más atractivo" pero no es necesario.

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