
La sección ornamental de la asociación de organizaciones de productores de Almería (Plantaespaña) prevé que cerca del 15 por ciento de los tres millones de flores de Pascua que ya se cultivan en Almería para comercializar desde mediados de noviembre se vendan en los mercados de Francia, Portugal y norte de Italia, que de esta forma absorberán unas 450.000 unidades, según datos de Europa Press.
Plantaespaña representa a 40 productores y comercializadoras de planta ornamental y flor cortada de las provincias de Almería y Granada, que supone el 78 por ciento del total. Cultivan más de 1.000 variedades, principalmente poinsettias, dipladenias, cactus, suculentas, hortensias, rosales, hibiscus, adenium, zantedeschia, plantas de flor, palmeras, aloes, ficus y arbustos, en invernaderos solares y al aire libre.
En la campaña 2023/24 este grupo facturó casi 60 millones de euros, casi todo en el mercado exterior, principalmente a Francia y Países Bajos, seguidos de Alemania, Italia, Dinamarca y Portugal. Este dato supone un aumento de 14 por ciento respecto a un año antes, ante un crecimiento de los precios del 22 por ciento pese a un descenso del seis por ciento en el número de unidades vendidas.
Flor de pascua
España representa cerca del 10% de las poinsettias vendidas en Europa, lo que la convierte en un mercado "clave".
Dentro del país, Almería lidera la producción, con un tercio del total; seguida por la Comunidad Valenciana, Cataluña y Galicia.
"Nuestros clientes valoran que nuestras poinsettias resisten mejor en tienda y tienen más durabilidad. Aquí crecen con luz natural y menos fitosanitarios. Es un producto más sano y más bonito", han destacado desde la organización en una nota con motivo del arranque del cultivo de esta especie floral.
Los productores almerienses comienzan en julio y agosto el cultivo de más de tres millones de unidades de esta planta, que se ha convertido en un producto de reclamo para el retail aunque con márgenes "muy estrechos". "Es como el turrón o el cava: todos quieren tenerla barata para atraer al cliente, pero detrás hay mucho trabajo y un cultivo muy delicado", ha apuntado el gerente de Solisplant, Jordi Solís.
Aunque el rojo es el color predominante y supone en torno al 90 por ciento de la producción, según los datos del sector, los productores "siguen experimentando con variedades nuevas". "Cada año intentamos sorprender con alguna variedad o formato, pero no es fácil. La mejora genética lleva tiempo. Lo que sí buscamos es una planta más perfecta, con mejor brotación, floración y resistencia", han explicado.
Escalonado
"La gente se sorprende al saber que en pleno agosto estamos trabajando ya en la Navidad", comenta Javier Luque, responsable técnico de Semilleros Laimund, que esta campaña espera producir 330.000 poinsettias en diferentes formatos. "La mayoría son macetas de 14 centímetros, pero también hacemos copas y otros tamaños. Cultivamos variedades rojas, blancas y rosas, aunque el rojo sigue siendo el rey", ha indicado.
El cultivo es escalonado: los formatos grandes se plantan a mediados de julio, mientras que los más pequeños se siembran durante agosto y septiembre. Tras el trasplante, llega el momento del pinzado, y cada planta recibe su gotero para asegurar un desarrollo uniforme. "Todo está pensado para que la planta llegue a su punto óptimo justo en la campaña de Navidad", ha añadido Luque.
Solisplant rozará las 275.000 plantas propias y comercializará hasta 365.000 unidades. "La poinsettia es muy exigente: cualquier cambio de luz, agua o temperatura se nota de inmediato. Es una planta que requiere atención constante", ha detallado Solís.
Además del cuidado intensivo, la empresa apuesta por técnicas sostenibles como la lucha biológica contra plagas. "Intentamos evitar al máximo el uso de químicos. Cada vez regulamos más el crecimiento con luz y usamos controles naturales para plagas como la mosca blanca. Y los resultados se notan", ha afirmado el gerente de Solisplant.