
La patronal de la industria farmacéutica innovadora en Europa (EFPIA) ha lanzado hoy una seria advertencia tras el Acuerdo Marco Conjunto entre la Comisión Europea y Estados Unidos, que incluye la imposición de un arancel del 15 % sobre los productos farmacéuticos.
La federación calcula que esta medida supondrá un sobrecoste de hasta 18.000 millones de euros anuales para el sector. Reclama, por ello, exenciones a la industria farmacéutica para no poner en riesgo tanto la competitividad de la industria como el acceso de los pacientes a tratamientos innovadores. "Instamos a la UE y a los Estados miembros a garantizar exenciones para medicamentos innovadores a fin de proteger a los pacientes y garantizar la competitividad de la industria farmacéutica de la UE", según alerta en un comunicado.
Recuerda, además, el peso del sector en la balanza comercial europea. En 2024, las farmacéuticas de la UE exportaron medicamentos a Estados Unidos por valor de 120.000 millones de euros, una cifra que triplica a de otros sectores industriales como el automovilístico, que alcanzó 38.900 millones.
El acuerdo con Estados Unidos, según denuncia, "rompe un compromiso de 30 años entre los gobiernos de proteger a los pacientes eliminando los aranceles sobre los medicamentos innovadores y sus componentes". Para la EFPIA, este cambio de rumbo "amenaza con desestabilizar el ecosistema europeo de innovación en un momento en el que la región ya sufre una pérdida de atractivo frente a Estados Unidos y China en materia de investigación biomédica".
"Imponer aranceles a los medicamentos perjudicará a la atención al paciente y a la industria a ambos lados del Atlántico", advierte Nathalie Moll, directora general de la EFPIA. "Añadir barreras a cadenas de suministro altamente funcionales y complejas no es una vía para la resiliencia nacional ni para una mejor atención al paciente". La industria prevé que desviará "miles de millones de euros" de la investigación médica, lo que comprometerá la capacidad europea de descubrir nuevos tratamientos.
Impacto inmediato y a largo plazo
A corto plazo, las farmacéuticas europeas afrontan un escenario especialmente delicado: sus ingresos están fuertemente condicionados por acuerdos de precios de largo plazo con los sistemas nacionales de salud, lo que limita su capacidad de trasladar el coste de los aranceles al precio final de los medicamentos. Esto significa que muchas compañías deberán absorber el impacto en sus márgenes, comprometiendo recursos que habitualmente se destinan a investigación y desarrollo.
En el medio y largo plazo, el efecto podría ser aún más dañino: la reducción de inversión en I+D minaría la capacidad de la industria para mantener el liderazgo científico en áreas clave como la oncología, las enfermedades cardiovasculares o las terapias génicas. "Necesitamos soluciones reales para nivelar la inversión farmacéutica en investigación, desarrollo y fabricación", defiende Moll, insistiendo en que los aranceles no son el mecanismo adecuado para reequilibrar el comercio ni para garantizar un reparto justo del valor de la innovación farmacéutica global.
La EFPIA reclama con urgencia la apertura de un Diálogo Sectorial Estratégico con la Comisión Europea y los Estados Miembros para garantizar el futuro de la industria en el continente. El objetivo, según el organismo, es establecer medidas que protejan a los pacientes europeos y aseguren que la innovación biomédica siga teniendo su base en Europa.