Economía

Pekín anuncia represalias contra dos bancos europeos en respuesta a las sanciones dos entidades chinas

  • Afectará a los bancos con sede en Lituania UAB Urbo Bankas y AB Mano Banka
  • Prohíbe realizar transacciones y cooperaciones con las dos entidades
El presidente chino, Xi Jinping, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
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El vínculo de la Unión Europea con China se vuelto más complejo en los últimos años. Las tensiones comerciales y las prácticas desleales por parte de Pekín han ido poniendo a prueba los límites de Bruselas. Hasta tal punto que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmaba el mes pasado que la relación entre ambas potencias se encuentra en "un punto de inflexión". El gigante asiático anunció que impondrá restricciones a dos entidades financieras de la UE como represalia ante las sanciones que la UE aplicó a dos bancos chinos.

El ministerio de Comercio chino anunció que pondrá en marcha sanciones contra los bancos con sede en Lituania UAB Urbo Bankas y AB Mano Bankas. Según aclaró, lo hace en reacción a la decisión de Bruselas del pasado julio de incluir dos entidades financieras chinas en su décimo octavo paquete de sanciones contra Rusia, por la invasión militar de Ucrania.

Concretamente el bloque comunitario decidió incluir en su lista de sanciones a dos entidades bancarias chinas al considerar que ayudan a Rusia a esquivar las restricciones que impone la UE. Las dos entidades incluidas en la lista europea son Suifenhe Rural Commercial Bank y Heihe Rural Commercial Bank.

Ya en su momento, el ministerio de Comercio chino respondió que esta medida "daña seriamente los vínculos comerciales, económicos y financieros". Advirtió, también, de que tomaría medidas en represalia para "salvaguardar los derechos e intereses legítimos de las instituciones financieras y firmas chinas".

Es así que, un mes después, China cumple con lo prometido. Advierte de que la decisión de la UE "viola gravemente" el derecho internacional y los principios básicos de las relaciones internacionales. La medida adoptada por Pekín prohíbe tanto a organizaciones como particulares realizar transacciones, cooperaciones y otras actividades con los dos bancos lituanos.

Lo cierto es que la relación de Pekín y Bruselas, lejos de dar signos de distensión, aflora cada vez más fricciones. La última Cumbre entre el Ejecutivo de Xi Jinping y la UE, del pasado julio, dejó entrever la cada vez mayor distancia entre ambas regiones. El que estaba llamado a ser un encuentro para resolver diferencias se vio reducido a una jornada de reuniones, en lugar de las dos previstas.

La UE nunca ha visto con buenos ojos que Pekín no se posicione abiertamente contra la invasión militar rusa de Ucrania. En su lugar, Europa considera que el gigante asiático colabora con Moscú al suministrarle bienes de uso dual, civil y militar, y ayudarle a esquivar las sanciones comunitarias. En la reunión de julio, Von der Leyen incidía: "Como China interactúe con Putin será un factor determinante para nuestras relaciones en adelante".

La alemana exponía sin ningún tapujo como "China tiene una influencia sobre Rusia igual que la UE tiene influencia sobre Ucrania". Explicaba que la expectativa de la UE "es que China use esa influencia para asegurar que Rusia venga seriamente a la mesa de negociación". Y no dejó pasar por alto que la venta de productos con fines duales, civiles y militares, por parte de Pekín a Moscú, no hace sino avivar la guerra.

Por otro lado, Bruselas pidió "soluciones pragmáticas" a problemas en varios frentes con Pekín. Por un lado, los problemas de acceso a tierras raras, con las restricciones a las exportaciones de materias primas críticas e imanes. Por otro, que solventara las consecuencias que genera la sobreproducción en el gigante asiático, que inunda otros mercados a precios más bajos de forma que viola las normas de Competencia y, por último, un acceso justo de las empresas europeas al mercado del gigante asiático.

Estos tres problemas han propiciado que las relaciones del gigante asiático hayan empeorado en el último año. Después de que Von der Leyen llamara los países europeos a "reducir riesgos, pero no desacoplarse" de la economía china, se impusieron aranceles a las importaciones de baterías de vehículos eléctricos, se vetó el acceso de las firmas asiáticas a concursos públicos médicos de más de 5 millones de euros y se han lanzado investigaciones sobre varios sectores importadores.

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