Economía

La letra pequeña del acuerdo arancelario cerrado entre Bruselas y Trump

  • Incluye aranceles cero por un volumen de 70.000 millones en exportaciones
  • Deja en manos de Washington la tasa final para productos farmacéuticos
  • Queda por cerrar el gravamen a vinos y bebidas destiladas antes del viernes
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente de EEUU, Donald Trump
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En la cuenta atrás para que terminara el plazo ampliado de tregua comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, ambos ejecutivos sellaban un acuerdo que permitiría esquivar una escalada arancelaria. Fue en Escocia, el pasado domingo, cuando Bruselas y Washington pactaban un gravamen general a las importaciones del 15% que concedía cierto alivio sobre las amenazas a punto de materializarse. Pero el acuerdo incluye cierta letra pequeña y no todo está escrito. Hay excepciones, hay diferentes intenciones respecto a los compromisos de inversión y margen, todavía, para cambios y sorpresas sobre lo pactado.

La alianza sellada entre EEUU y la UE contempla un arancel general del 15% para las exportaciones de ambas regiones, por encima de ese 10% que Bruselas quería alcanzar en un intento por emular las condiciones que llegó a pactar el Ejecutivo británico con el estadounidense. Pero se incluyen excepciones: por ejemplo, las aeronaves y repuestos aeronáuticos estarán eximidos de esta tasa.

Puntos por zanjar

El arancel cero no sólo se aplicará en este segmento. Fuentes comunitarias explicaban que se aplicará también un volumen de exportaciones de 70.000 millones de euros. Incluye ciertos productos químicos, algunos medicamentos genéricos, equipos de semiconductores, productos agrícolas, recursos naturales o materias primas esenciales. También se podrían ver rebajados los gravámenes que se apliquen finalmente a nueces, algunos productos pesqueros procesados, quesos, lácteos o comida para mascotas.

Aunque todavía no se ha entrado a negociar los aranceles que la UE impone a sectores como la carne de vacuno, el arroz, el etanol, el azúcar o las aves de corral. También quedan por fijar los gravámenes que se aplican finalmente a los vinos y las bebidas destiladas, un punto que está en negociación con el Ejecutivo estadounidense durante esta semana. En todo caso, el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, aseguraba que la lista de excepciones aún puede ser ampliada.

Chips

La alianza entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, incluye también exenciones para los semiconductores y los equipos de fabricación de semiconductores. La Unión Europea quiere impulsar su autonomía estratégica en este segmento, al tiempo que trata de reducir las dependencias de Pekín. Por ese motivo, mira a Washington como principal aliado en el suministro de semiconductores.

La idea, según explicaban fuentes comunitarias, es que la relación entre China y Bruselas no da signos de mejora. Las tensiones han ido en aumento con sucesivas investigaciones por prácticas de comercio desleal, veto al acceso al mercado asiático a las empresas europeas y restricciones a las exportaciones de tierras raras e imanes. Es así como la Comisión Europea replantea su estrategia y evita generar dependencias tecnológicas del gigante asiático, volcando sus compromisos hacia el otro lado del globo, donde considera se puede generar una relación comercial más fiable.

Compromisos de inversión

Con la lección aprendida de la invasión militar de Rusia en Ucrania, la UE también ve a Washington como un socio comercial más fiable que Moscú. Es así que se ha comprometido a adquirir combustibles fósiles a EEUU por valor de 750.000 millones de dólares en tres años, a razón de 250.000 millones de euros anuales. El acuerdo incluye gas natural licuado, petróleo y material nuclear.

Fuentes comunitarias aseguran que estas compras darían predictibilidad al mercado, especialmente para los contratos a largo plazo de gas natural licuado. Sin embargo, agregan un matiz, no se trata tanto de un compromiso de adquisición como de lo que la Comisión Europea ha calculado que las empresas comunitarias podrían comprar. Fuentes europeas concretan que, a diferencia del acuerdo sellado entre EEUU y Japón, Bruselas no ha acordado compras conjuntas públicas, sino que se trata de una estimación de lo que el sector privado podría llegar a adquirir. La Comisión Europea minimiza el compromiso más a una intención que a un pacto vinculante.

No está claro, sin embargo, que Washington tenga la misma óptica sobre la cuestión. El Ejecutivo comunitario ha utilizado la misma estrategia en lo que se refiere a los 600.000 millones de euros en compromisos de inversión y las compras en el sector de defensa estadounidense, para el que no se han fijado cifras. El riesgo, no obstante, radica en que si el Ejecutivo de Trump hace una lectura distinta y considera que no se cumplen los compromisos podría materializar una escalada comercial con una imposición de aranceles más elevados a la UE y sin perspectiva de acuerdo, en este caso.

Otro factor a tener en cuenta es que las cifras pactadas suponen triplicar el volumen de compras actuales de la UE a EEUU en el ámbito energético, de 77.000 millones de euros anuales. La cuestión no radica, únicamente, en si la UE puede manejar tal volumen de compras sino también en si Washington es capaz de producir el suficiente gas natural licuado, petróleo y material nuclear para llegar a esas cuotas.

Sobre esta cuestión, el comisario de Comercio apuntaba que tales cifras daban predictibilidad al mercado, tanto para sellar compras a largo plazo de gas natural licuado, como para invertir en infraestructuras y para dar estabilidad a los precios en un entorno altamente volátil. Además, ha hablado de "un renacer nuclear en Europa" y ha asegurado que Bruselas trabajará de la mano con las empresas porque "estás cifras son alcanzables".

Sobreproducción

El acero y aluminio son los dos principales damnificados por el acuerdo, con cuotas de hasta el 50% a las importaciones a ambos lados del Atlántico. El sector aqueja las repercusiones pero, más allá de esto, Sefcovic habla de una estrategia conjunta para aplacar la sobreproducción China. Fuentes comunitarias han aclarado que el intercambio comercial en ambos segmentos es relativamente bajo, representa el 1,5% del volumen de intercambio comercial entre la UE y EEUU. "Es consecuencia de tener aranceles desde 2027, ha reducido las exportaciones", apuntaban las mismas fuentes.

"Creemos que hay aspectos del comercio global que necesitan cambios fundamentales. Por ejemplo, la sobreproducción del mercado está destruyendo por igual las industrias de acero. Hemos acordado una actuación conjunta en acero, aluminio y cobre, la llamada alianza del metal, para crear una influencia conjunta en nuestras economías con aranceles y cuotas a niveles históricos, pero con trato preferencial", explicaba el comisario de Comercio los pormenores.

Incertidumbre en el sector farmacéutico

Otro de los puntos en el aire es el sector farmacéutico. Y no es para menos pues esta industria concentra el mayor nivel de exportaciones del mercado comunitario al estadounidense. Se elevó a 78.000 millones de euros en 2024, seguido de los 42.000 millones de euros en exportaciones de productos médicos en el mismo año. Por el momento, dada la integración de las cadenas de suministro a ambos lados del Atlántico, se ha pactado un nivel de arancel cero.

Sin embargo, la situación podría cambiar. Lo cierto es que la Casa Blanca inició en abril de este año una investigación sobre los productos farmacéuticos y materias primas, incluyendo principios activos y medicamentos genéricos y no genéricos bajo la consideración de que podría representar una amenaza para la seguridad pública nacional. El resultado de esta investigación se desconoce y, por tanto, por el momento está en el aire si Washington aplicará o no ese arancel del 15%. Desde Bruselas rechazan imponer gravámenes apuntando a la interdependencia de ambos sectores.

Plazo hasta el viernes

Por el momento, quedan flecos por perfilar. Más allá de la reunión al más alto nivel de la pasada semana, los equipos de Bruselas y Washington trabajan por sellar una declaración conjunta antes del 1 de agosto, este viernes, cuando entrarían en vigor la amenaza arancelaria consumada por Trump con tasas del 30%. Lo que se sellará es una declaración conjunta antes del viernes que trata de evitar una guerra comercial abierta, la que fue la principal intención de Bruselas en todo el proceso negociador.

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